Peligra una de los mayores reservorios de agua dulce del mundo. Mucho antes de lo que resulta deseable para la estabilidad de nuestro planeta, una de las peores previsiones se verá cumplida, según un informe de la periodista uruguaya, Graciela Vera.
Ni la más arriesgada película que el cine catástrofe imaginó sobre un mundo sin agua potable nos ha preparado para la realidad de salvar un mundo donde, aunque aún se está a tiempo de detenernos antes de llegar al borde mismo del precipicio, falta concienciación que impida contrarrestar el desastre.
En pocas décadas los países ricos no serán los que tengan mayores ingresos per cápita, ni los que tengan monedas fuertes, ni aquellos con mercados e industrias florecientes, tampoco los que posean minerales fósiles; nada de esto tendrá importancia y los países ricos serán los que posean el que será el tesoro más preciado: el agua potable.
Y precisamente los actuales países ricos no son los más favorecidos en la posesión del vital elemento.
Aunque el agua no se acabe por completo en el hemisferio norte (el que por industrializado ya previene la crisis), los costes de extracción y transporte afectarán los de la industria y convertirá el líquido en artículo de lujo.
La guerra por el agua no va a ser la próxima, porque ya es la actual, aún en periodo de organización estratégica pero real.
Y en esta guerra los que serían, de saber defender sus intereses, países ricos en el futuro, hoy son países cuyos gobiernos se dejan seducir y ponen en peligro el patrimonio de sus pueblos, tontamente ¿dadivados? por los países ricos que se han adelantado en sus estudios tácticos y estratégicos dentro mismo de las fronteras de los primeros.
Una historia demasiado repetida, que no por ello ha servido como enseñanza
Ya por el año 1999 fue publicada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América la entrevista a un funcionario de la USAID (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) donde se expresaba en estos términos:
«Nosotros consideramos el agua no solamente como elemento de importancia decisiva del desarrollo sostenible, sino que en muchos casos como el factor limitador más importante. Por lo tanto, al examinar cuestiones como el crecimiento económico (...), siempre volvemos por último a la pregunta: ¿cuánta agua existe?» (...) «Y nosotros utilizamos ahora, de una manera u otra (la agricultura, la industria) más de la mitad de toda el agua dulce anualmente disponible en el mundo. De modo que, con la población del mundo que aumenta a razón de unos 90 millones de personas por año, el problema se nos viene encima.
El agua va a ser una limitación grave.» (...) «Por cierto que para mediados del siglo próximo (Nota: Se refiere al año 2050) , solamente tres o cuatro países no habrán experimentado una crisis mayor debido a la escasez de agua. Estados Unidos será uno de los afectados, uno de los países que tendrán que afrontar un problema mayor causado por la escasez de agua.»
Nadie ignora que en un futuro cercano, quién posea y controle el agua dulce mandará en la economía y el destino del mundo.
A mediados del año 2007 ya no hay discusión sobre el interés de los EEUU por la zona donde se encuentra el SAG (Sistema Acuífero Guaraní).
El Banco Mundial (BM) ha destinado en estos últimos años U$S 28.660.000 para realizar un análisis minucioso del SAG; también ha comprometido (o comprado) a investigadores de muchas universidades de la región, cuyos descubrimientos al momento de ver la luz se convierten en propiedad del Banco.
En la Triple Frontera (Paraguay-Argentina-Brasil) se han instalado bases militares y servicios de inteligencia americanos.
Tierras sobre el Acuífero Guaraní, grandes extensiones en Argentina, algo menos en los otros países, han sido adquiridas por capitales extranjeros.
Desde algunos países se insta para que los recursos naturales sean declarados ‘Patrimonio de la Humanidad’, precisamente esas voces provienen de los países ricos de hoy, los que por mal uso están agotando sus propios reservorios.
Este mapa esquemático del SAG fue elaborado en junio del 2001 por la Unidad de Preparación del Proyecto para la ‘¿Protección? Ambiental y ¿Desarrollo? sostenible del Sistema Acuífero Guaraní’.
En amarillo y verde se pueden ver las áreas de recarga ( ingreso del agua al acuífero); en marrón están marcadas las áreas de descarga (salida por sistemas hídricos superficiales).
¿Quién pretende el Acuífero Guaraní?
En 1991 Uruguay, uno de los cuatro países integrantes del Mercosur bajo los que en buena parte de sus territorios se extiende el Acuífero Guaraní, presentó a sus socios un llamado de interés por el acuífero, pero debieron pasar trece años para que se comenzara a tratar el tema.
En la declaración de clausura de la XXVI Cumbre Presidencial celebrada en Puerto Iguazú en julio del 2004 se establece la necesidad de tratar el tema para lo que se apoyó la creación de un Grupo Ad Hoc de Alto Nivel . El mismo año en Ouro Preto en la XXVII Cumbre los Gobiernos implicados reafirmaron que los recursos hídricos del SAG pertenecen al domino territorial de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay*.
El proyecto se consolidó en la Sede del Mercosur en Montevideo con el apoyo del GEF (Fondo Global para el Medio Ambiente), el Banco Mundial, la OEA (Organización de Estados Americanos), la Agencia Internacional de Energía Atómica y los gobiernos de Holanda y Alemania.
*¿Sólo a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay?
Dejando la pregunta que quizás muchos se sientan demasiado involucrados para responder, diremos que acerca del PSAG (Proyecto Sistema Acuífero Guaraní) y sus objetivos y enfoques podemos encontrar información en la página oficial del PSAG siguiendo los links de Objetivo, Enfoque, Cuadro General, Componente I, II, III, IV, V, VI y VII e Impactos y, después de leerlos, quizás cueste deslindar del cofinanciamiento estipulado el coste real (por ahora imaginado) para el 2009 ^ [*1] y años posteriores, que tendrá el Proyecto para los países de la región.
La Secretaría del PSAG ha hecho públicos en forma periódica, informes sobre el proceso. Éstos son los que están disponibles para el común de los mortales, para los que hacemos preguntas y alertamos y aún queremos creer que el Acuífero Guaraní es patrimonio soberano y exclusivo en cuanto a su explotación, de los cuatro países bajo los cuales se extiende.
Hasta aquí el proceso que se ha llevado adelante y que no dudamos tendrá entre sus principales conclusiones algo que ya se sabe desde hace mucho tiempo: que las aguas del SAG contienen isótopos químicos que son los utilizados en la tecnología espacial.
No en balde la Asociación Internacional de Energía Atómica dispuso de 300.000 dólares para la investigación en laboratorios.
Estudios que han sido complementados con 370.000 dólares en fondos para universidades de los cuatro países donde, como dijimos anteriormente, los científicos firmaron un contrato en el que queda estipulado que se han convertido en empleados del Banco Mundial (BM) y que cada descubrimiento que realicen es propiedad de los financiadores del proyecto
Pero no queda todo en el ámbito científico. Las ONGs ecologistas que tienen alguna implicación con el agua también han sido beneficiadas y no con limosnas: 240.000 dólares para… ¿para qué será?
De aquí en más la atención deberá ser máxima para evitar la privatización de un recurso que es de todos los argentinos, brasileños, paraguayos y uruguayos sin exclusión pero sin ampliación.
Mantener a raya a las multinacionales, financiadas o no por el Banco Mundial y cuidar respecto a éste, que su idea mundialmente generalizada, cada vez que habla de preservación de recursos y desarrollo sustentable, no implique (una vez más) la prohibición de la utilización del recurso por los habitantes de los países donde se encuentra el mismo.
Preservar tiene diferentes alcances según quién haga uso del término y los países subdesarrollados sabemos muy bien que para el primer mundo suele significar: resguardar hasta que ese primer mundo los necesite.
No nos dejamos engañar tampoco, no podemos confiar en los políticos porque mientras desde las bases de los ciudadanos de los cuatro países se levantan voces de alertas, se ofrecen datos concretos, se reclama información, los Gobiernos parecen dibujitos pintados en un cuadro prediseñado.
¿Van a dejar que ellos (extraños a nuestra idiosincrasia) se salgan con la suya y declaren al Acuífero Guaraní "patrimonio de la humanidad"?
El alerta lo han dado cientos de voces, se necesita que miles, millones sean el eco: las legislaciones de los países del Cono Sur no deben adaptarse a los intereses foráneos que intentan que se facilite la inversión privada sobre un recurso estratégico.
Ni como venta, ni como concesión el agua del Acuífero Guaraní debe dejar de pertenecer en su totalidad a sus dueños naturales.
El acuerdo firmado por el Mercosur con el Banco Mundial, la OEA y otros cooperantes no establece ningún trabajo nuevo. El estudio de las potencialidades del acuífero ya se había realizado y estaban disponibles en universidades de los cuatro países.
Lo que no se había estudiado con tanta avidez como en este proyecto, es la conformación social y geopolítica de la región ¿Acaso buscando la forma de apropiarse de nuestras riquezas en nuestras propias narices sin que hagamos algo por impedirlo?
En 1997 el vicepresidente del Banco Mundial se atrevió a vaticinar que así como el siglo XX había sido el siglo de las guerras por el petróleo, el siglo XXI sería el de las guerras por el agua y lo países que tuvieran este recurso podían ser víctimas de saqueos forzosos.
No se equivocaba.
Desde Almería, una región sedienta en el sur del norte, a 6 de febrero de 2008.
*1 - El PSAG comenzó a desarrollarse en el año 2003 y finalizará, si todo sigue el cronograma establecido, en febrero del 2009.
Ni la más arriesgada película que el cine catástrofe imaginó sobre un mundo sin agua potable nos ha preparado para la realidad de salvar un mundo donde, aunque aún se está a tiempo de detenernos antes de llegar al borde mismo del precipicio, falta concienciación que impida contrarrestar el desastre.
En pocas décadas los países ricos no serán los que tengan mayores ingresos per cápita, ni los que tengan monedas fuertes, ni aquellos con mercados e industrias florecientes, tampoco los que posean minerales fósiles; nada de esto tendrá importancia y los países ricos serán los que posean el que será el tesoro más preciado: el agua potable.
Y precisamente los actuales países ricos no son los más favorecidos en la posesión del vital elemento.
Aunque el agua no se acabe por completo en el hemisferio norte (el que por industrializado ya previene la crisis), los costes de extracción y transporte afectarán los de la industria y convertirá el líquido en artículo de lujo.
La guerra por el agua no va a ser la próxima, porque ya es la actual, aún en periodo de organización estratégica pero real.
Y en esta guerra los que serían, de saber defender sus intereses, países ricos en el futuro, hoy son países cuyos gobiernos se dejan seducir y ponen en peligro el patrimonio de sus pueblos, tontamente ¿dadivados? por los países ricos que se han adelantado en sus estudios tácticos y estratégicos dentro mismo de las fronteras de los primeros.
Una historia demasiado repetida, que no por ello ha servido como enseñanza
Ya por el año 1999 fue publicada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América la entrevista a un funcionario de la USAID (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) donde se expresaba en estos términos:
«Nosotros consideramos el agua no solamente como elemento de importancia decisiva del desarrollo sostenible, sino que en muchos casos como el factor limitador más importante. Por lo tanto, al examinar cuestiones como el crecimiento económico (...), siempre volvemos por último a la pregunta: ¿cuánta agua existe?» (...) «Y nosotros utilizamos ahora, de una manera u otra (la agricultura, la industria) más de la mitad de toda el agua dulce anualmente disponible en el mundo. De modo que, con la población del mundo que aumenta a razón de unos 90 millones de personas por año, el problema se nos viene encima.
El agua va a ser una limitación grave.» (...) «Por cierto que para mediados del siglo próximo (Nota: Se refiere al año 2050) , solamente tres o cuatro países no habrán experimentado una crisis mayor debido a la escasez de agua. Estados Unidos será uno de los afectados, uno de los países que tendrán que afrontar un problema mayor causado por la escasez de agua.»
Nadie ignora que en un futuro cercano, quién posea y controle el agua dulce mandará en la economía y el destino del mundo.
A mediados del año 2007 ya no hay discusión sobre el interés de los EEUU por la zona donde se encuentra el SAG (Sistema Acuífero Guaraní).
El Banco Mundial (BM) ha destinado en estos últimos años U$S 28.660.000 para realizar un análisis minucioso del SAG; también ha comprometido (o comprado) a investigadores de muchas universidades de la región, cuyos descubrimientos al momento de ver la luz se convierten en propiedad del Banco.
En la Triple Frontera (Paraguay-Argentina-Brasil) se han instalado bases militares y servicios de inteligencia americanos.
Tierras sobre el Acuífero Guaraní, grandes extensiones en Argentina, algo menos en los otros países, han sido adquiridas por capitales extranjeros.
Desde algunos países se insta para que los recursos naturales sean declarados ‘Patrimonio de la Humanidad’, precisamente esas voces provienen de los países ricos de hoy, los que por mal uso están agotando sus propios reservorios.
Este mapa esquemático del SAG fue elaborado en junio del 2001 por la Unidad de Preparación del Proyecto para la ‘¿Protección? Ambiental y ¿Desarrollo? sostenible del Sistema Acuífero Guaraní’.
En amarillo y verde se pueden ver las áreas de recarga ( ingreso del agua al acuífero); en marrón están marcadas las áreas de descarga (salida por sistemas hídricos superficiales).
¿Quién pretende el Acuífero Guaraní?
En 1991 Uruguay, uno de los cuatro países integrantes del Mercosur bajo los que en buena parte de sus territorios se extiende el Acuífero Guaraní, presentó a sus socios un llamado de interés por el acuífero, pero debieron pasar trece años para que se comenzara a tratar el tema.
En la declaración de clausura de la XXVI Cumbre Presidencial celebrada en Puerto Iguazú en julio del 2004 se establece la necesidad de tratar el tema para lo que se apoyó la creación de un Grupo Ad Hoc de Alto Nivel . El mismo año en Ouro Preto en la XXVII Cumbre los Gobiernos implicados reafirmaron que los recursos hídricos del SAG pertenecen al domino territorial de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay*.
El proyecto se consolidó en la Sede del Mercosur en Montevideo con el apoyo del GEF (Fondo Global para el Medio Ambiente), el Banco Mundial, la OEA (Organización de Estados Americanos), la Agencia Internacional de Energía Atómica y los gobiernos de Holanda y Alemania.
*¿Sólo a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay?
Dejando la pregunta que quizás muchos se sientan demasiado involucrados para responder, diremos que acerca del PSAG (Proyecto Sistema Acuífero Guaraní) y sus objetivos y enfoques podemos encontrar información en la página oficial del PSAG siguiendo los links de Objetivo, Enfoque, Cuadro General, Componente I, II, III, IV, V, VI y VII e Impactos y, después de leerlos, quizás cueste deslindar del cofinanciamiento estipulado el coste real (por ahora imaginado) para el 2009 ^ [*1] y años posteriores, que tendrá el Proyecto para los países de la región.
La Secretaría del PSAG ha hecho públicos en forma periódica, informes sobre el proceso. Éstos son los que están disponibles para el común de los mortales, para los que hacemos preguntas y alertamos y aún queremos creer que el Acuífero Guaraní es patrimonio soberano y exclusivo en cuanto a su explotación, de los cuatro países bajo los cuales se extiende.
Hasta aquí el proceso que se ha llevado adelante y que no dudamos tendrá entre sus principales conclusiones algo que ya se sabe desde hace mucho tiempo: que las aguas del SAG contienen isótopos químicos que son los utilizados en la tecnología espacial.
No en balde la Asociación Internacional de Energía Atómica dispuso de 300.000 dólares para la investigación en laboratorios.
Estudios que han sido complementados con 370.000 dólares en fondos para universidades de los cuatro países donde, como dijimos anteriormente, los científicos firmaron un contrato en el que queda estipulado que se han convertido en empleados del Banco Mundial (BM) y que cada descubrimiento que realicen es propiedad de los financiadores del proyecto
Pero no queda todo en el ámbito científico. Las ONGs ecologistas que tienen alguna implicación con el agua también han sido beneficiadas y no con limosnas: 240.000 dólares para… ¿para qué será?
De aquí en más la atención deberá ser máxima para evitar la privatización de un recurso que es de todos los argentinos, brasileños, paraguayos y uruguayos sin exclusión pero sin ampliación.
Mantener a raya a las multinacionales, financiadas o no por el Banco Mundial y cuidar respecto a éste, que su idea mundialmente generalizada, cada vez que habla de preservación de recursos y desarrollo sustentable, no implique (una vez más) la prohibición de la utilización del recurso por los habitantes de los países donde se encuentra el mismo.
Preservar tiene diferentes alcances según quién haga uso del término y los países subdesarrollados sabemos muy bien que para el primer mundo suele significar: resguardar hasta que ese primer mundo los necesite.
No nos dejamos engañar tampoco, no podemos confiar en los políticos porque mientras desde las bases de los ciudadanos de los cuatro países se levantan voces de alertas, se ofrecen datos concretos, se reclama información, los Gobiernos parecen dibujitos pintados en un cuadro prediseñado.
¿Van a dejar que ellos (extraños a nuestra idiosincrasia) se salgan con la suya y declaren al Acuífero Guaraní "patrimonio de la humanidad"?
El alerta lo han dado cientos de voces, se necesita que miles, millones sean el eco: las legislaciones de los países del Cono Sur no deben adaptarse a los intereses foráneos que intentan que se facilite la inversión privada sobre un recurso estratégico.
Ni como venta, ni como concesión el agua del Acuífero Guaraní debe dejar de pertenecer en su totalidad a sus dueños naturales.
El acuerdo firmado por el Mercosur con el Banco Mundial, la OEA y otros cooperantes no establece ningún trabajo nuevo. El estudio de las potencialidades del acuífero ya se había realizado y estaban disponibles en universidades de los cuatro países.
Lo que no se había estudiado con tanta avidez como en este proyecto, es la conformación social y geopolítica de la región ¿Acaso buscando la forma de apropiarse de nuestras riquezas en nuestras propias narices sin que hagamos algo por impedirlo?
En 1997 el vicepresidente del Banco Mundial se atrevió a vaticinar que así como el siglo XX había sido el siglo de las guerras por el petróleo, el siglo XXI sería el de las guerras por el agua y lo países que tuvieran este recurso podían ser víctimas de saqueos forzosos.
No se equivocaba.
Desde Almería, una región sedienta en el sur del norte, a 6 de febrero de 2008.
*1 - El PSAG comenzó a desarrollarse en el año 2003 y finalizará, si todo sigue el cronograma establecido, en febrero del 2009.
Fuente: Region Norte Grande.com.ar
Escribe: Guillermo Reyna Allan