sábado, 24 de diciembre de 2011

¿Qué es la Navidad?

¿Qué es la Navidad?
La Navidad es Gozo, ¡no estés triste!
La Navidad es Paz, si tienes enemigos, ¡reconcíliate!
La Navidad es Encuentro, ¡busca a tus amigos!
La Navidad es Don, hay pobres, ¡ayúdalos!
La Navidad es Humildad, si hay soberbia, ¡sepúltala!
La Navidad es Justicia, si tienes compromisos, ¡cúmplelos!
La Navidad es Perdón ¡arrepiéntete!La Navidad es Luz, si estás en tinieblas, ¡enciende tu lámpara!
La Navidad es Verdad, si hay errores, ¡reflexiona!
La Navidad es Amor, si tienes odio, ¡olvídalo!
Y si para vivir en Armonía tenemos que esperar la Navidad... estaremos desperdiciando el diario Vivir!

martes, 29 de noviembre de 2011

George... el poeta de bajo perfil

Claro, cuando uno habla de ellos es improbable pensar en "bajo perfil". Pero, lo que ocurre es que dos de ellos trascendieron más que los otros integrantes del grupo.

Si por las dudas aún no sabe de quienes hablamos, les cuento que estamos haciendo mención a los Beatles.

George Harrison, muerto un día como el de hoy, hace diez años, fue un poeta y compositor tan talentoso como sus colegas John Lennon y Paul Mc Cartney. Dueño de un virtuosismo increíble Harrison compuso temas tan brillantes como Something, por nombrar alguno. Compuso para los Beatles 22 temas. 

El sensible guitarrista de los Beatles murió de cáncer, en un hospital de Los Angeles, a los 58 años. Pocos días después sus cenizas fueron esparcidas en el río Yamuna, en el norte de la India. De este modo, hilvanó uno de sus deseos más fuertes: continuar hasta el final con la cultura y la tradición hindú.

Harrison nació el 25 de febrero de 1943, en Liverpool, y fue el cuarto hijo de una familia en la que el padre trabajaba como chofer de micros. Un amigo del colegio le obsequió su primera guitarra, en 1956, y poco tiempo después, a través de la amistad de un joven Paul McCartney, se incorporó a la banda de John Lennon, The Quarrymen. Esta formación luego, en 1960, daría sus primeros pasos como Los Beatles.

Siempre fue considerado el más tímido de la banda, aunque según su mujer, Olivia Harrison, su comportamiento osciló entre los extremos. Olivia, con quien se casó en 1978 y tuvo un hijo, Dhani, lo describió a veces pensativo y callado; otras eufórico y alegre. Ella ponía un ejemplo concreto: aunque Harrison solía meditar y le interesaba profundamente la filosofía hindú, era un fanático de la Fórmula 1. “El propio George no es un misterio -comentó alguna vez Lennon-. Pero la parte misteriosa de él es inmensa”.

Una vez disuelta la banda, Harrison comenzó un recorrido solista, plasmado en discos como All Things Must Pass , Cloud Nine , material que incluía su hit Got My Mind Set on You . Durante la década del ‘80 junto a Bob Dylan, Tom Petty, Jeff Lynne y Roy Orbisson dio forma a un verdadero seleccionado de rockeros bajo el nombre de Traveling Wilburys.

Uno de los hechos más escalofriantes en la última etapa de su vida fue el atentado que sufrió el 31 de diciembre de 1999. Ese día fue atacado, frente a su casa, por un maníaco que lo dejó convaleciente. Pero su vida se deterioró dos años antes de este hecho, cuando le diagnosticaron cáncer de laringe, mal que rápidamente se trasladó al cerebro.

Fuente: Clarín

jueves, 10 de noviembre de 2011

El Martín Fierro

El nombre

En una carta, el autor le explicó a su hija Isabel que bautizó al personaje con el nombre Martín en homenaje a dos personas: su tío de él, Juan Martín de Pueyrredón y Martín Güemes. El apellido Fierro, por el temple de fierro del gaucho de la pampa.

La obra

No es admisible decir que es una expresión de folklore argentino. Es, sí, una magnífica y, hasta hoy, insuperada muestra de literatura folklórica de tema gauchesco.

José Hernández no es sólo un poeta eminente con quien culmina el ciclo de los gauchescos. Hernández no se explica en función de sus predecesores. Es un ejemplo único en nuestra literatura. Por las condiciones de su personalidad y las circunstancias de su vida, ha resumido él solo en su obra genial, lo que podría haber sido un proceso dilatado en el curso de generaciones.

Hernández, con el Martín Fierro, irrumpió en la tradición gauchesca como una extraordinaria y colosal variante que relegó a segundo plano todo lo existente, pues el paisano recibió este canto como una expresión insuperable de su propia voz, capaz de interpretar su alma, de compadecerse de sus desdichas y hasta de señalar nuevo rumbo a su destino, a fin de que no sucumbiera en la dramática encrucijada histórica que estaba atravesando.


Ambiente natural

El escenario del Martín Fierro es la pampa, que hasta fines del s XIX estuvo dividida por una línea - a trechos difusa y cambiante, según las vicisitudes históricas - a la que se llamó la frontera; en esta franja trágica se sucedieron, en el curso de trescientos años, los choques, relaciones y contactos entre indios y blancos. Esta región enorme, extendida desde la Patagonia hasta Córdoba y desde la costa bonaerense hasta Cuyo, comprende lo que se llamó el desierto y también tierra adentro.


Ambiente histórico y social

La llamada edad de oro del gaucho, la pampa sin alambrados ni fronteras en la que se podía galopar a voluntad, bolear avestruces y potros, enlazar y desjarretar ganado cimarrón y alzado, vivir con absoluta libertad y mudar de pago aún teniendo que pelear cada tanto con los indios.

El poema no da referencias históricas precisas.

Si se admite la posibilidad de que la edad de oro tenga un sentido de evocación idealizada, no sería exagerado esbozar tres períodos para comprender el desarrollo total del poema: la época de Rosas, coincidente con aquella época feliz para el gaucho (hasta 1852); los gobiernos de Mitre (1862/1868) y de Sarmiento (1868/1874), bajo los cuales sufre el protagonista sus desdichas y la nueva era, que corresponde más al autor que a su obra, en la que se consolida la organización de la sociedad y la justicia, se abren perspectivas de trabajo y de paz con la definitiva conquista de la pampa y se afianzan las instituciones democráticas.


A espaldas de la ciudad de fines del s XIX, modernizada y embellecida, quedaba la pampa, que nada quería saber de tan súbitos prodigios. Los gauchos quisieron seguir viviendo dentro de su mundo tradicional hasta que la realidad del alambrado, el ferrocarril, de la inmigración en masa, de las instituciones todavía amorfas y torpes vinieron a intimarle rendición o muerte. Naturalmente, el gaucho, por ser quien era, no pudo entregarse sin pelear. Nadie comprendió entonces que actuaba como mero agente de un enorme y complejo proceso que se manifestaba en esos choques de dos concepciones de la vida, de la economía, de la sociedad. Una, que irradiaba de la urbe con urgencia perentoria; otra que se aferraba al mundo configurado por la tierra y la tradición, al cual el hombre había amoldado funcionalmente su vida, sus condiciones y sus ideales.


De ahí que la temible línea de la frontera vino a ser para el gaucho zona de doble frente, al igual de terrible: hacia un lado, la sociedad y el estado, con sus instituciones opresoras y la resaca de su elemento humano, de todo lo cual el fortín era la expresión; hacia el otro, tierra adentro, el dominio del indio, respecto del cual el gaucho fue a su turno, agente de otro proceso paralelo al que él mismo sufría. Contribuyó a su derrota y a su exterminio sin intentar comprenderlo, no obstante que se trataba del señor legítimo de la pampa.

El idioma y su expresión

El idioma en que está escrito el poema es, desde luego, el castellano, pero con todos los matices propios del habla típica de los gauchos de la Provincia de Buenos Aires a mediados del s XIX.


Debe deslindarse el lenguaje del poema y del propio autor, hombre de ciudad y de gran cultura. Además y aún concediendo que la lengua gauchesca haya sido fielmente interpretada por el poeta, hay que recordar que el hablar campesino tenía variantes locales dentro de ese extensísimo ámbito geográfico y esto, sin contar las mutaciones a través de sucesivas épocas históricas. Por último, el habla gauchesca no equivale a la popular argentina, pues en el país hay regiones lingüísticas muy diferenciadas, léxica, sintáctica y prosódicamente.


Distinto es el caso del habla del gaucho bonaerense, cuyas características más notables derivan tanto de sus peculiares deformaciones prosódicas como de conservatismos y arcaísmos castizos, que por momentos se aproximan al castellano de los conquistadores

Apreciada a través del poema, la llamada lengua gauchesca aparece robusta, sentenciosa, elíptica, concreta, en todo lo cual se diferencia de ciertas modalidades ciudadanas, especialmente porteñas, que tienden más bien a la charlatanería, al tono oratorio, a la locuacidad, a la redundancia, a la garrulería verbal. Ese tono de sustantividad no deriva sólo de la sustancia de su contenido sino, también, literalmente, de la mayor proporción de sustantivos frente a los relativamente escasos adjutivos calificativos.

Predomina el tono coloquial, es decir, no artificioso ni rebuscado, propio de lo que pudo ser la conversación de los gauchos; por eso cobra a veces íntima agilidad zumbona, conservando un modo exterior mesurado y circunspecto, lo que le presta esa intraducible socarronería tan difícil de captar.

El poema está escrito en octosílabos, único verso que empleó Hernández, incluídos su romance El viejo y la niña y el comentario al cuadro de Blanez.

Augusto Raúl Cortazar

Fuentë: elfolkloreargentino.com

sábado, 5 de noviembre de 2011

Por la tradición

En homenaje a José Hernández, autor del Martín Fierro, el 10 de noviembre se recuerda en la Argentina el "Día de la tradición".


Argentino Luna, cantautor reciéntemente desaparecido, refleja en su versión de "Malevo", del uruguayo Osiris Rodríguez Castillo, el amor del hombre de campo argentino por sus animales y todo su drama ante la decisión de tener que quitarles la vida. Pequeño homenaje en el Día de la tradicion...

martes, 25 de octubre de 2011

Un recuerdo para Alfonsina

La familia Storni -el padre de Alfonsina y varios hermanos mayores- llegó a la provincia de San Juan desde Lugano, Suiza, en 1880. Fundaron una pequeña empresa familiar, y años después, las botellas de cerveza etiquetadas «Cerveza Los Alpes, de Storni y Cía», circulan por toda la región. Los padres de Alfonsina viajaron a Suiza en el año 1891, junto con sus dos pequeños hijos. En 1892, el 29 de mayo, nació en Sala Capriasca Alfonsina, la tercera hija del matrimonio Storni. Llevó el nombre del padre, de un padre melancólico y raro. Más tarde le diría a su amigo Fermín Estrella Gutiérrez: «me llamaron Alfonsina, que quiere decir dispuesta a todo».

Alfonsina aprendió a hablar en italiano, y en 1896 vuelven a San Juan, de donde son sus primeros recuerdos. «Estoy en San Juan, tengo cuatro años; me veo colorada, redonda, chatilla y fea. Sentada en el umbral de mi casa, muevo los labios como leyendo un libro que tengo en la mano y espío con el rabo del ojo el efecto que causo en el transeúnte. Unos primos me avergüenzan gritándome que tengo el libro al revés y corro a llorar detrás de la puerta». En 1901, la familia se trasladó nuevamente, esta vez a la ciudad de Rosario, un próspero puerto del litoral.

Paulina, la madre, abrió una pequeña escuela domiciliaria, y pasa a ser la cabeza de una familia numerosa, pobre y sin timón. Instalaron el «Café Suizo», cerca de la estación de tren, pero el proyecto fracasó. Alfonsina lavaba platos y atendía las mesas, a los diez años. Las mujeres comenzaron a trabajar de costureras. Alfonsina decide emplearse como obrera en una fábrica de gorras. En 1907 llega a Rosario la compañía de Manuel Cordero, un director de teatro que recorría las provincias. Alfonsina reemplaza a una actriz que se enferma. Esto la decide a proponerle a su madre que le permita convertirse en actriz y viajar con la compañía. Recorre Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Santiago del Estero y Tucumán. Después dirá que representó Espectros, de Ibsen, La loca de la casa, de Pérez Galdós, y Los muertos, de Florencio Sánchez.

En sus cartas al filólogo español don Julio Cejador Alfonsina resume algunos momentos de su vida. Refiriéndose a esta época, le dirá: «A los trece años estaba en el teatro. Este salto brusco, hijo de una serie de casualidades, tuvo una gran influencia sobre mi actividad sensorial, pues me puso en contacto con las mejores obras del teatro contemporáneo y clásico (…). Pero casi una niña y pareciendo ya una mujer, la vida se me hizo insoportable. Aquel ambiente me ahogaba. Torcí rumbos…». Luego, en un reportaje de la revista El Hogar, contará que al regresar escribió su primera obra de teatro, Un corazón valiente, de la que no han quedado testimonios.

Cuando volvió a Rosario se encuentra con que su madre se ha casado y vive en Bustinza. La poeta decide estudiar la carrera de maestra rural en Coronda, y allí recibe su título profesional. Gana un lugar sobresaliente en la comunidad escolar, consigue un puesto de maestra y se vincula a dos revistas literarias, Mundo Rosarino y Monos y Monadas. Allí aparecen sus poemas durante todo ese año, y si bien no hay testimonio de ellos, sí sabemos de otros publicados al año siguiente en Mundo Argentino, y que tienen resonancias hispánicas.

Poeta en Buenos Aires

Al terminar el año de 1911, decide trasladarse a Buenos Aires. «En su maleta traía pobre y escasa ropa, unos libros de Darío y sus versos». Así, con nostalgia, evoca su hijo Alejandro la llegada. Pobre equipaje para enfrentarse con una ciudad que estaba abierta al mundo, con las expectativas puestas en esa inmigración que traería nuevas manos para producir y nuevas formas de convivencia. El nacimiento de su hijo Alejandro, el 21 de abril de 1912, define en su vida una actitud de mujer que se enfrenta sola a sus decisiones. Trabaja como cajera en la tienda «A la ciudad de México», en Florida y Sarmiento. También en la revista Caras y Caretas.

Su primer libro, La inquietud del rosal, publicado con grandes dificultades económicas, apareció en 1916. En un homenaje al novelista Manuel Gálvez, por primera vez en Buenos Aires, en esta clase de reuniones, aparece Alfonsina recitando con aplomo sus propios versos. En junio de 1916, aparece en Mundo Argentino un poema titulado «Versos otoñales». Aunque los versos son apenas aceptables, sorprende su capacidad de mirarse por dentro, que por entonces no era común en los poetas de su generación.

Al mirar mis mejillas, que ayer estaban rojas
He sentido el otoño; sus achaques de viejo
Me han llenado de miedo; me ha contado el espejo
Que nieva en mis cabellos mientras caen las hojas.

Sus amigos los poetas modernistas

Amado Nervo, el poeta mejicano paladín del modernismo junto con Rubén Darío, publica sus poemas también en Mundo Argentino, y esto da una idea de lo que significaría para ella, una muchacha desconocida, de provincia, el haber llegado hasta aquellas páginas. En 1919 Nervo llega a la Argentina como embajador de su país, y frecuenta las mismas reuniones que Alfonsina. Ella le dedica un ejemplar de La inquietud del rosal, y lo llama en su dedicatoria «poeta divino». Vinculada entonces a lo mejor de la vanguardia novecentista, que empezaba a declinar, en el archivo de la Biblioteca Nacional uruguaya hay cartas al uruguayo José Enrique Rodó, otro de los escritores principales de la época, modernista autor de Ariel y de Los motivos de Proteo, ambos libros pilares de una interpretación de la cultura americana. El uruguayo escribía, como ella, en Caras y Caretas y era, junto con Julio Herrera y Reissig, el jefe indiscutido del nuevo pensamiento en el Uruguay. Ambos contribuyeron a esclarecer los lineamientos intelectuales americanos a principios de siglo, como lo hizo también Manuel Ugarte, cuya amistad le llegó a Alfonsina junto con la de José Ingenieros.
Su voluntad no la abandona, y sigue escribiendo. En mejores condiciones publica El dulce daño, en 1918. El 18 de abril de 1918 se le ofrece una comida en el restaurante Génova, de la calle Paraná y Corrientes, donde se reunía mensualmente el grupo de Nosotros, y en esa oportunidad se celebra la aparición de El dulce daño. Los oradores son Roberto Giusti y José Ingenieros, su gran amigo y protector, a veces su médico. Alfonsina se está reponiendo de la gran tensión nerviosa que la obligó a dejar momentáneamente su trabajo en la escuela, pero su cansancio no le impide disfrutar de la lectura de su «Nocturno», hecha por Giusti, en traducción al italiano de Folco Testena

También en 1918 Alfonsina recibe una medalla de miembro del Comité Argentino Pro Hogar de los Huérfanos Belgas, junto con Alicia Moreau de Justo y Enrique del Valle Iberlucea. Años atrás, cuando empezó la guerra, Alfonsina había aparecido como concurrente a un acto en defensa de Bélgica, con motivo de la invasión alemana. Comienzan sus visitas a la ciudad de Montevideo, donde hasta su muerte frecuentará amigos uruguayos. Juana de Ibarbourou lo contó años después de la muerte de la poetisa argentina: «En 1920 vino Alfonsina por primera vez a Montevideo. Era joven y parecía alegre; por lo menos su conversación era chispeante, a veces muy aguda, a veces también sarcástica. Levantó una ola de admiración y simpatía… Un núcleo de lo más granado de la sociedad y de la gente intelectual la rodeó siguiéndola por todos lados. Alfonsina, en ese momento, pudo sentirse un poco reina».

La amistad de Quiroga, el escritor de la selva

En 1922, Alfonsina ya frecuentaba la casa del pintor Emilio Centurión, de donde surgiría posteriormente el grupo Anaconda. Allí conoció, seguramente, al escritor uruguayo Horacio Quiroga, que había llegado de su refugio en San Ignacio, Misiones, durante el año 1916. Su personalidad debió atraer a Alfonsina. Un hombre marcado por el destino, perseguido por los suicidios de seres queridos, que, además, se había atrevido a exiliarse en Misiones, e intentado allí forjar un paraíso. En 1922, era ya el autor de sus libros más importantes, Cuentos de la selva, Anaconda, El desierto. Vivía modestamente de sus colaboraciones en diarios y revistas y desempeñó un papel protagónico en el intento de profesionalizar la escritura. Alfonsina había publicado sus libros Irremediablemente (1919) y Languidez (1920).

La amistad con Quiroga fue la de dos seres distintos. Cuenta Norah Lange que en una de sus reuniones, adonde iban todos los escritores de la época, jugaron una tarde a las prendas. El juego consistió en que Alfonsina y Horacio besaran al mismo tiempo las caras de un reloj de cadena, sostenido por Horacio. Este, en un rápido ademán, escamoteó el reloj precisamente en el momento en que Alfonsina aproximaba a él sus labios, y todo terminó en un beso. Quiroga la nombra frecuentemente en sus cartas, sobre todo entre los años 1919 y 1922, y su mención la destaca de un grupo donde había no sólo otras mujeres sino también otras escritoras. Sin embargo, cuando Quiroga resuelve irse a Misiones en 1925, Alfonsina no lo acompaña. Quiroga le pide que se vaya con él y ella, indecisa, consulta con su amigo el pintor Benito Quinquela Martín. Aquél, hombre ordenado y sedentario, le dice: «¿Con ese loco? ¡No!».

Un nuevo camino para la poesía

En el año 1923, la revista Nosotros, que lideraba la difusión de la nueva literatura argentina, y con hábil manejo formaba la opinión de los lectores, publicó una encuesta, dirigida a los que constituyen «la nueva generación literaria». La pregunta está formulada sencillamente: «¿Cuáles son los tres o cuatro poetas nuestros, mayores de treinta años, que usted respeta más?».

Alfonsina Storni tenía en ese entonces treinta y un años recién cumplidos, es decir, que apenas bordeaba la cifra exigida para constituirse en «maestro de la nueva generación». Su libro Languidez, de 1920, había merecido el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura, lo que la colocaba muy por encima de sus pares. Muchas de las respuestas a la encuesta de Nosotros coinciden en uno de los nombres: Alfonsina Storni.

Mil novecientos veinticinco fue el año de la publicación de Ocre, un libro que marca un cambio decisivo en su poesía. Desde hace dos años es profesora de Lectura y declamación en la Escuela Normal de Lenguas Vivas, y su postura como escritora está absolutamente afianzada entre el público y sus iguales. Por aquella época muere José Ingenieros, y esto la deja un poco más sola.

Hasta la casa de la calle Cuba llega una tarde la chilena Gabriela Mistral. El encuentro debió ser importante para la chilena, ya que publicó su relato ese año en El Mercurio. Llamó por teléfono a Alfonsina antes de ir, y le impresionó gratamente su voz, pero le habían dicho que era fea y entonces esperaba una cara que no congeniara con la voz. Por eso cuando la puerta se abre pregunta por Alfonsina, porque la imagen contradice a la advertencia. «Extraordinaria la cabeza, recuerda, pero no por rasgos ingratos, sino por un cabello enteramente plateado, que hace el marco de un rostro de veinticinco años». Insiste: «Cabello más hermoso no he visto, es extraño como lo fuera la luz de la luna a mediodía. Era dorado, y alguna dulzura rubia quedaba todavía en los gajos blancos. El ojo azul, la empinada nariz francesa, muy graciosa, y la piel rosada, le dan alguna cosa infantil que desmiente la conversación sagaz y de mujer madura». La chilena queda impresionada por su sencillez, por su sobriedad, por su escasa manifestación de emotividad, por su profundidad sin trascendentalismos. Y sobretodo por su información, propia de una mujer de gran ciudad, «que ha pasado tocándolo todo e incorporándoselo» (1).

El 20 de marzo de 1927 se estrena su obra de teatro, que despertaba las expectativas del público y de la crítica. El día del estreno asistió el presidente Alvear con su esposa, Regina Pacini. Al día siguiente la crítica se ensañó con la obra, y a los tres días tuvo que bajar de cartel. El diario Crítica tituló «Alfonsina Storni dará al teatro nacional obras interesantes cuando la escena le revele nuevos e importantes secretos». La escritora se sintió muy dolida por su fracaso, y trató de explicarlo atribuyéndole la culpa al director y a los actores.

Años de equilibrio

Alfonsina intervino en la creación de la Sociedad Argentina de Escritores y su participación en el gremialismo literario fue intensa. En 1928 viajó a España en compañía de la actriz Blanca de la Vega, y repitió su viaje en 1931, en compañía de su hijo. Allí conoció a otras mujeres escritoras, y la poeta Concha Méndez le dedica algunos poemas. En 1932, publicó sus Dos farsas pirotécnicas: Cimbelina y Polixene y la cocinerita. Está tranquila, colabora en el diario Crítica y en La Nación; sus clases de teatro son la rutina diaria, y su rostro empieza a cambiar. Las canas cubren su cabeza y le dan un aire diferente.

En 1931, el Intendente Municipal nombró a Alfonsina jurado y es la primera vez que ese nombramiento recae en una mujer. Alfonsina se alegra de que comiencen a ser reconocidas las virtudes que la mujer, esforzadamente, demuestra. «La civilización borra cada vez más las diferencias de sexo, porque levanta a hombre y mujer a seres pensantes y mezcla en aquel ápice lo que parecieran características propias de cada sexo y que no eran más que estados de insuficiencia mental. Como afirmación de esta limpia verdad, la Intendencia de Buenos Aires declara, en su ciudad, noble la condición femenina», afirma Alfonsina en un diario al referirse a su designación.

En la Peña del café Tortoni conoció a Federico García Lorca, durante la permanencia del poeta en Buenos Aires entre octubre de 1933 y febrero de 1934. Le dedicó un poema, «Retrato de García Lorca», publicado luego en Mundo de siete pozos (1934). Allí dice: «Irrumpe un griego /por sus ojos distantes (…). Salta su garganta /hacia afuera /pidiendo /la navaja lunada /aguas filosas (…). Dejad volar la cabeza, /la cabeza sola /herida de hondas marinas /negras…».

El 20 de mayo de 1935 Alfonsina fue operada de un cáncer de mama.

En 1936 se suicida Horacio Quiroga y ella le dedicó un poema de versos conmovedores y que presagian su propio final:




Morir como tú, Horacio, en tus cabales,
Y así como en tus cuentos, no está mal;
Un rayo a tiempo y se acabó la feria…
Allá dirán.
Más pudre el miedo, Horacio, que la muerte
Que a las espaldas va.
Bebiste bien, que luego sonreías…
Allá dirán.

El final

El veintiséis de enero de 1938, en Colonia, Uruguay, Alfonsina recibe una invitación importante. El Ministerio de Instrucción Pública ha organizado un acto que reunirá a las tres grandes poetisas americanas del momento, en una reunión sin precedentes: Alfonsina, Juana de Ibarbourou y Gabriela Mistral. La invitación pide «que haga en público la confesión de su forma y manera de crear». Tiene que prepararse en un día y, llena de entusiasmo, escribe su conferencia sobre una valija que ha puesto en las rodillas. Divertida, encuentra un título que le parece muy adecuado: «Entre un par de maletas a medio abrir y las mancillas del reloj».

Hacia mitad de año apareció Mascarilla y trébol y una Antología poética con sus poemas preferidos. Los meses que siguen fueron de incertidumbre y temor por la renuencia de la enfermedad. El 23 de octubre viajó a Mar del Plata y hacia la una de la madrugada del martes veinticinco Alfonsina abandonó su habitación y se dirigió al mar. Esa mañana, dos obreros descubrieron el cadáver en la playa. A la tarde, los diarios titulaban sus ediciones con la noticia: «Ha muerto trágicamente Alfonsina Storni, gran poetisa de América». A su entierro asistieron los escritores y artistas Enrique Larreta, Ricardo Rojas, Enrique Banchs, Arturo Capdevila, Manuel Gálvez, Baldomero Fernández Moreno, Oliverio Girondo, Eduardo Mallea, Alejandro Sirio, Augusto Riganelli, Carlos Obligado, Atilio Chiappori, Horacio Rega Molina, Pedro M. Obligado, Amado Villar, Leopoldo Marechal, Centurión, Pascual de Rogatis, López Buchardo.

El 21 de noviembre de 1938, el Senado de la Nación rindió homenaje a la poeta en las palabras del senador socialista Alfredo Palacios. Este dijo:

«Nuestro progreso material asombra a propios y extraños. Hemos construido urbes inmensas. Centenares de millones de cabezas de ganado pacen en la inmensurable planicie argentina, la más fecunda de la tierra; pero frecuentemente subordinamos los valores del espíritu a los valores utilitarios y no hemos conseguido, con toda nuestra riqueza, crear una atmósfera propicia donde puede prosperar esa planta delicada que es un poeta».

Fuente: http://www.lospoetas.com/

viernes, 14 de octubre de 2011

Carta de un sacerdote

Los curas católicos suelen ser blanco de críticas despiadadas por parte de periodistas de distintos medios con fines que, indudablemente, van más allá del simple hecho de informar con los comentarios en cuestión.

En abril del año pasado y como consecuencia de una feroz crítica hacia sacerdotes católicos (generalizando la cuestión) que habían tenido causas por pedofilia esgrimiendo argumentos poco comprobables el influyente diario norteamericano The New York Times recibió una carta que, a decir verdad, no sé si fue publicada por el periódico.

La carta en cuestión es la que sigue:

Querido hermano y hermana periodista:


Soy un simple sacerdote católico. Me siento feliz y orgulloso de mi vocación. Hace veinte años que vivo en Angola como misionero.


Me da un gran dolor por el profundo mal que personas que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes.


No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que la Iglesia no puede estar, sino del lado de los débiles, de los más indefensos.


Por lo tanto todas las medidas que sean tomadas para la protección, prevención de la dignidad de los niños será siempre una prioridad absoluta.


Veo en muchos medios de información, sobre todo en vuestro periódico la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo. Así aparece otro en Australia de los años 80 y así de frente, otros casos recientes… ¡Ciertamente todo condenable!


Se ven algunas presentaciones periodísticas ponderadas y equilibradas, otras amplificadas, llenas de preconceptos y hasta odio.


Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo.


Pienso que a vuestro medio de información no le interesa que


* yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban autorizadas;


* Que haya tenido que enterrar decenas de pequeños fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado;


* Que le hayamos salvado la vida a miles de personas en México mediante el único puesto médico en 90.000 km2, así como con la distribución de alimentos y semillas;


* Que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños...


* No es de interés Que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del gobierno y la ONU.


* No es noticia Que un sacerdote de 75 años, el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina, que alfabeticen cientos de presos;


* Que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violentados y buscan un refugio.


* Tampoco Que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados.


* No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a cero positivos… o sobretodo, en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.


* No es noticia Que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino;


* Que el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la calle;


* Que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria;


* Que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente.


* En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región…Ninguno pasa los 40 años.


* No es noticia acompañar la vida de un Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.


* La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua.


****Hace mas ruido un árbol que cae que un bosque que crece.****


No pretendo hacer una apología de la Iglesia y de los sacerdotes.


El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos.


Hay miserias, pobrezas y fragilidades como en cada ser humano; y también belleza y bondad como en cada criatura…


Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del sacerdocio católico en la cual me siento ofendido.

Solo le pido amigo periodista, busque la Verdad, el Bien y la Belleza.

Eso lo hará noble en su profesión.

En Cristo,

P. Martín Lasarte sdb

sábado, 8 de octubre de 2011

El ándel del misterio

Un sueño sin faroles y una humedad de olvidos,
pisados por un nombre y una sombra.
No sé si por un nombre o muchos nombres,
si por una sombra o muchas sombras.
Reveládmelo.
Sé que habitan los pozos frías voces,
que son de un solo cuerpo o muchos cuerpos,
de un alma sola o muchas almas.
No sé.
Decídmelo.
Que un caballo sin nadie va estampando
a su amazona antigua por los muros.
Que en las almenas grita, muerto, alguien
que yo toqué, dormido, en un espejo,
que yo, mudo, le dije...
No sé.
Explicádmelo.

Rafael Alberti

domingo, 11 de septiembre de 2011

Poema a Andrés Guacurarí

Ay, Andrés, decíme si merecías
morirte entre barrotes
o látigos
o serpientes,
esclavo para siempre, Andrés
corazón deshabitado
cáscara sin sol.

No, Andrés, no merecías
cadenas ni traiciones
hermano fronterizo,
compaisano
del viento, del árbol, de la flor,
corazón ardiente en una mano
y tu amor enamorado en el aire
que crece
y se inflama
por los tuyos y en los tuyos,
por nosotros.


No, compañero
en el nombre de tantos
te recuerdo, te rescato
Andrés,
en el nombre de un pueblo
leal y castigado
te convoco a las lanzas
y a las crines para siempre,
al relincho y al grito te reclamo
a regresarte
te mando, compañero
que hay muchos injustos en tu suelo
y el Protector te espera todavía.

Aquí y allá, hermano, te buscamos
el Río de Los Pájaros es
basalto interminable desde entonces,
murmullo ausente, agua irrepetida,
Caudillo libre de estos pueblos
no podés morirte ahora, nuevamente
en esta hora.

A esta encendida tierra que es tu tierra
te demando compañero
a esta necesidad de tu grito
a esta fuerza que nos falta
a esta falta de todo
que nos sobra
Andrés
raíz fuerte de la Patria
de nuevo en esta hora
te esperamos.


Vamos a hacer esta tierra
pasito a paso
pero con tu voz y con tu aliento
con tu sed
de una patria nueva y verdadera
que tengan un sitio
en su mejor costado,
el sitio de sus hijos más queridos
y un sol de repuesto
para todos los que un día se quedaron lejos.


No, no podés morirte ahora
nuevamente
en esta hora

ANTONIO HERNAN RODRIGUEZ

Fuente: barrio-I.blogspot.com

sábado, 3 de septiembre de 2011

Puedo escribir los versos más tristes...

Pequehomenaje al gran escritor chileno Pablo Neruda. Elegí la versión de Roberto Vicario y espero que la disfruten...

sábado, 13 de agosto de 2011

Flashes del Iguazú

Torcer la ley.
Arrancarle un oráculo a los astros.
Implorar
una señal de pájaros al cielo.

Este cuerpo engrisado
puede
darse a luz en la jungla
prófugo andarle al desamor
pincel que cruza un arco iris
sobre el salto estupendo de las aguas
custodiar la caída
detrás de su cortina aluvional.
Torcer la ley
apenas seis horas de imprevisto verano
la leyenda presente pulsa claves en Mi.

Regresar
princesa india de esa raza otra vez
guerrera que me legó su nombre
¿si también su misión?

Ser
memoria atávica
en cada nervadura de la roca,
un implacable límite al Vacío
por si le apeteciera devorar la belleza.

Anahí Abeledo

Fuente: tuspoemas.net





jueves, 4 de agosto de 2011

Una voz....un poema

Una de las  mejores voces de la radiofonía argentina fue la de Edgardo Suárez. Locutor y actor, el "Indio" (así se lo conocía) era capaz de transportar las almas con su forma de decir.

Hoy los invito a recordarlo. A disfrutar de un poema de Neruda en la voz de Edgardo Suárez...

sábado, 2 de julio de 2011

Amor perenne

Tengo el deseo inmenso de acurrucarme en tus brazos.

Y hacerme niño. Hacerme débil.

Volcarme en lágrimas a tu lado para auscultar el pecho amado.

Sentir tu voz y recibir tus besos.

Palpar caricias suaves y percibir tu aliento.


¡Cuánto te extraño mamá!


Pasan años y tiempos.


Gano recuerdos. ¡Pero no te tengo!


Daría parte de lo que hoy tengo.


Para tocar tus dedos y alisar tu pelo.


Partiste rápido. Muy rápido.


No me diste años para contar mis luchas.

Quedó el misterio del amor perenne.

Más, el vacío se apropió de mi alma.

Quiero ganarte en sueños, envuelto en sábanas.

Para vencer al tiempo y seguirte amando.


Guillermo Reyna Allan


Posadas, 2 de Julio de 2011

miércoles, 22 de junio de 2011

Conocer la cancha asegura victorias

Como la gran mayoría de los argentinos, soy futbolero. Y en esa condición uno puede observar distintos aspectos de la vida cotidiana, incluso lo concerniente a la política.

En fútbol, al igual que en muchos deportes, el dominador del terreno de juego es, a la postre, el que mayores posibilidades tiene de llevarse el triunfo final.

En política, vaya coincidencia, pasa mas o menos lo mismo. El que conoce el campo de juego y pone a los jugadores adecuados en funcionamiento es probablemente que no tenga sorpresas al contabilizar los votos en las urnas.

Caminar por defensa, mediocampo y ataque es sinónimo de correcto funcionamiento de equipo. En política, andar por caminos, barrios, pueblos y picadas es lo mismo.

Salir a jugar conociendo el pique que puede producir aquel pastito mal cortado o aquel pocito que no se pudo tapar es conocer el paño. Los políticos que saben de sus errores y los corrigen evitando tropezar dos veces con la misma mata o provocarse un esguince con aquella dificultad del terreno, también conocen por donde avanzar y por donde mejorar su performance.

¡Cuántas similitudes, ¿no?!

Cuando se sale a la cancha, en fútbol o en política, es necesario conocerla. Saber de las dificultades que se pueden presentar es recorrerla varias veces a lo largo y a lo ancho. Como la provincia, ¿vió? Andarla, palparla, pisarla, conocerla, es condición “sine qua non” mirando hacia objetivos claros de triunfos, no de derrotas.

Hablar y meter en el campo de juego, en el fútbol o en la política, a los protagonistas del partido sin conocimiento del terreno, o con escaso recorrido del mismo es condenarse a la derrota y a la frustración de sus seguidores.

Cuando el técnico sabe qué jugadores hay que utilizar y por donde hacerlos transitar en la cancha tiene un alto porcentaje a favor. Cuando, por el contrario, se lanza a sus dirigidos a la aventura de recorrer lo no recorrido y transitar por caminos que nunca se pisaron, bueno, el resultado saltará a la vista.

Cualquier similitud con lo que está ocurriendo en Misiones no es pura coincidencia. Hay un equipo que sabe por donde caminar. Sus rivales, a veces, dan la sensación de no conocer ni siquiera las canchas donde supuestamente son locales.

¿Quién dijo que el fútbol y la política no van de la mano? ¡Si prácticamente es lo mismo..!

¿No le parece?

Guillermo Reyna Allan

martes, 14 de junio de 2011

25 años sin Borges

Se cumplen hoy (14 de junio) 25 años de la desaparición física del escritor argentino Jorge Luis Borges. He de ser honesto con Uds. y conmigo mismo. Me cuesta entender a Borges. Es más, a veces he desestimado leer obras borgianas prefiriendo otro tipo de lecturas.

Sin embargo he de reconocer el genio literario de Borges. Ahora, como curiosidad les invito a disfrutar "del poema más conocido de Borges", porque en realidad no le pertenece a él  sino a Ron Herold y algunos dicen que fue adpatado por el argentino.

Es tan fuerte la creencia que "Instantes" es un poema de Borges que, en una ocasión, un conocido conductor televisivo intentó convencere a María Kodama, la mujer del escritor, que la poesía era obra de su marido a pesar de la negativa de ella.

Bueno, en definitiva pongo a consideración de Uds. el poema en cuestión...

miércoles, 8 de junio de 2011

¿Cuales son las cárceles mas famosas del mundo en la historia?

El sitio Stylish and Trendy publicó una lista con diez prisiones cuya leyenda se forjó gracias a lo infranqueable de sus muros, a las infrahumanas condiciones en las que vivían los presos e incluso a la fama de los cautivos al interior de sus celdas:


1. La Torre de Londres. No era una prisión cualquiera, desde que comenzó a usarse como tal en el año 1100 sólo recibía a prisioneros de alto rango como monarcas derrocados, clérigos de la más alta jerarquía y políticos acusados de traición. Sus más distinguidos huéspedos fueron el escritor y político Tomás Moro, Catalina Howard, Walter Raleigh y su más famosa huésped, Ana Bolena quien fue ejecutada ahí mismo.

2. Alcatraz. Funcionó como la prisión federal más importante de los Estados Unidos durante un período de casi 30 años. De 1934 a 1963 este lugar albergó a los criminales más peligrosos de su tiempo como Al Capone, Robert Franklin Stroud y George "Ametralladora" Kelly. De acuerdo a las leyendas construidas a su alrededor, escapar de la isla era imposible y de manera oficial no se reporta que ningún reo lo haya logrado.

3. Chateau d'If. Localizada en la isla de If en el archipiélago de Frioul a unos kilómetros de las costas de Marsella. Se terminó de construir en 1531 por órdenes del rey Francisco I para defender las costas del Mediterráneo. Poco tiempo después se comenzó a usar para encerrar a los presos políticos y religiosos, más de 3 mil 500 protestantes franceses fueron encerrados ahí. Dejó de funcionar como cárcel y abierta al público en 1890. Su fama internacional se debe a que Alejandro Dumas la utilizó como locación para su novela El Conde de Montecristo.

4. Isla Robben. Está ubicada a siete kilómetros de Ciudad del Cabo en Sudáfrica. Siglos atrás, holandeses, portugueses y británicos la usaron como colonia de leprosos y base militar. Durante el apartheid fue utilizada para encarcelar a los disidentes y presos políticos, entre ellos Nelson Mandela, con la caída de este régimen la prisión se convirtió en un importante atractivo turístico.

5. Tuol Sleng. Es una de las prisiones más temidas del mundo. Era una escuela que fue adaptada para ser utilizada en tiempos del régimen del Jemer Rojo en Camboya. Se dice que más de 17 mil personas fueron torturadas y ejecutadas en sus instalaciones. Ahora es también un museo.

6. Isla Gorée. Se encuentra cerca de la costa de Senegal y fue el lugar donde miles de africanos eran detenidos mientras esperaban el momento de ser embarcados rumbo a los destinos coloniales. Actualmente la llamada "Casa de Esclavos" funciona como un museo.

7. Castillo Elmina. Fue construido por los portugueses en las costas de Ghana en 1482. primero se le utilizó como una bodega de los productos obtenidos de África que se embarcaban hacia Europa, cuando al demanda de esclavos en las colonias creció, el castillo cambió su orientación y las bodegas fueron acondicionadas como celdas para mantener ahí a las personas que serían conducidas a América

8. Prisión Hoa Lo. Fue construida a fines del siglo XIX cuando Vietnam era colonia francesa y se utilizaba para los presos políticos. Más adelante, durante la Guerra de Vietnam, el gobierno comunista del norte la utilizó para los soldados norteamericanos. El ex candidato a la presidencia de Estados Unidos, John McCain estuvo detenido en este lugar bautizado por los propios cautivos como el "Hilton de Hanoi".

9. Sultanahmet. Se localiza en Turquía, se construyó durante las primeras dos décadas del siglo XX bajo el gobierno del llamado Imperio Otomano. Era una cárcel exclusiva para los presos políticos y de conciencia. Escritores, artistas y periodistas fueron encerrados ahí. El edificio fue comprado y ahora funciona como un hotel de lujo.

10. Isla del Diablo. Ubicada en la Guayana francesa se inauguró como prisión durante el gobierno de Napoleón III en 1853 y funcionó como tal hasta 1952. Se calcula que cerca de 80 mil personas estuvieron detenidos ahí. Las extremas condiciones climatológicas la hicieron un lugar temible. Es conocida gracias a la novela Papillon basada en las experiencias de Henri Charrière quien fue convicto del lugar

martes, 17 de mayo de 2011

A 30 años de la última victoria de Reutemann en la Fórmula 1

Fue el 17 de mayo de 1981 en Zolder, Bélgica, a borde de un Williams. Desde entonces, nunca un piloto argentino volvió a ganar una carrera de la máxima categoría el automovilismo.

En esa fecha, Carlos Reutemann lograba, en Zolder (Bélgica), su 12ª y última victoria en la Fórmula Uno. Después no hubo más. El 18 de mayo de ese año comenzaron tres décadas de frustraciones y un sinfín de desventuras con autos que en algunos casos jamás cruzaron la meta al final de una carrera.

No se valora lo que se tiene hasta que luego se pierde. Eso decía el Patón Bauza mientras dirigía a Rosarfio central durante la Copa Libertadores de América de 2001. Y vaya si tenía razón. No hacen falta demasiadas explicaciones.

¿Cuánto se disfrutaría hoy de un piloto en la Fórmula 1? Y más aún, ¿cuál sería la excitación por darle fuerza frente al televisor a un compatriota que pelee por el título mundial? Hoy, en Argentina las transmisiones de Fórmula 1 se mantienen en el grupo de elite de las emisiones deportivas. Por la tradición que existe en nuestro país ante una actividad que no tiene parecidos en otras latitudes, por un pasado glorioso construido sobre la base de grandes exponentes del mundo de la velocidad, maximizado con la figura de Juan Manuel Fangio, que aún hoy deslumbra por sus actuaciones (y sus acciones) en el automovilismo de antaño.

Hace 30 años, Carlos Alberto Reutemann lograba un triunfo soñado, de esos que cuentan con la dosis necesaria de supremacía en cada instancia de un fin de semana contundente. El ex gobernador de Santa Fe, con el Williams FW07C Cosworth, obtenía la victoria en el circuito de Zolder. Era su duodécimo éxito en la máxima categoría. En una temporada que lo tenía como el gran protagonista, seguramente nadie suponía que ése, el del Gran Premio de Bélgica, sería su último triunfo. Y el de un piloto nacional en la F-1. Un año después, Lole ya no estaría en el gran circo de la velocidad y a partir de allí se transitó por una etapa de frustraciones e intentos fallidos, pese a la llegada sin persistencia: Larrauri, Fontana, Tuero, Mazzacane y otros que se quedaron en los umbrales.

La carrera de Zolder 1981 fue el punto más alto de Reutemann. Al menos así lo denotaban los registros de su Williams y la posición en el campeonato. "En una carrera absolutamente irregular, donde merodearon los accidentes y hasta se llegó a jugar con la vida de pilotos y mecánicos, emergió la figura maciza de un Carlos Reutemann que confirmó plenamente que se encuentra en un momento inmejorable de su carrera. Pole position , récord de vuelta, pruebas con tanques llenos, la carrera y la punta en el campeonato lo confirman plenamente. Las primeras 20 vueltas fueron espectaculares, pero Didier Pironi (Francia), Nelson Piquet (Brasil) y Alan Jones (Australia), que comandaban las acciones, se fueron autoeliminando con roces y errores y Lole se llevó 9 puntos de oro en sus aspiraciones de campeón", contaba el enviado de la revista Corsa, el recordado Germán Sopeña.

Aquella competencia fue fabulosa por lo vivido en las primeras 20 vueltas, en las que Pironi (Ferrari), Piquet (Brabham), Jones (Williams) y luego Jacques Laffite (Talbot-Matra), junto con el propio Reutemann, brindaron los grandes espectáculos que hoy tanto extraña la máxima categoría y que no sabe cómo hacer para recuperar.

Reutemann padeció un problema mecánico, que al principio no sabía si era de embrague. Sin embargo, ganó. Completó las 54 vueltas (se habían programado 70, pero la lluvia obligó la finalización 16 giros antes) en 1h16m31s61/1000, a un promedio de 180,445 km/h. El récord de vuelta fue de él, en la 37, a 184,192 km/h (1m23s30/1000 la vuelta), y la pole position la había obtenido con 1m22s28/100, a 186,475 km/h.

Pese a la contundencia, la victoria y la cima del campeonato mundial (Lole acumulaba 34 puntos contra 22 de Piquet y 18 de Jones), Reutemann no esbozó sonrisa alguna. La Fórmula 1 vivió momentos álgidos horas previas, con el accidente trágico del mecánico de Osella Giovanni Amadeo, atropellado por el mismo Lole el viernes de la actividad oficial, y en la grilla del GP otro auxiliar fue embestido en plena largada, cuando asistía el Arrows de Ricardo Patrese y fue chocado por su compañero de equipo, Siegfried Stohr. Pese a las imágenes asombrosas, sólo sufrió fracturas en una pierna. El clima de hartazgo por la seguidilla de accidentes condicionó a los pilotos, que se solidarizaron con los mecánicos en la protesta esgrimida en plena recta principal.

"Pareció abandonar dolorido su máquina. Reutemann no mostraba sonrisa alguna al caminar hacia el podio, apretado por mil requerimientos fotográficos. En el podio volvió a sentarse, muy cansado y siempre serio. Después recibió sin palabras su trofeo" Así describió el periodista Alfredo Parga, enviado especial de La Nacion, aquella ceremonia sin alegrías.

No se valora lo que se tiene hasta que finalmente se pierde. Así como en aquellos días de 1981 Reutemann acaparaba la atención popular, hoy se extrañan aquellas mañanas frente a los entonces novedosos televisores a color empujando con fervor el sueño argentino. A 30 años del último triunfo nacional en la Fórmula 1, con la añoranza del éxito y la desilusión de repetidas frustraciones. Sin elementos que construyan un futuro esperanzador.

Fuente: rosario3.com

sábado, 23 de abril de 2011

Poema compartido

La idea es, mis amigos, exponer nuestros pensamientos, nuestras sensaciones, nuestros sentimientos. Obviamente no pondré censura alguna salvo por aquello que pueda herir a otros y lastimarlos.


Dejo una frase para comenzar, espero que se sumen y hagamos nuestro el espacio… gracias.

Con solo ofrecer mis tiempos los vacíos quedan solos (Guillermo)
y la soledad no puede con mis intentos (Rubén))
desconsoladamente las lágrimas buscan y buscan (Renée)
y se encuentran con el beso apasionado (Rocío)

lunes, 4 de abril de 2011

No siempre debemos ser veloces

La velocidad nos ayuda a apurar los tragos amargos. Pero esto no significa que siempre debamos ser veloces. En los buenos momentos de la vida, más bien conviene demorarse. Tal parece que para vivir sabiamente hay que tener más de una velocidad. Premura en lo que molesta, lentitud en lo que es placentero. Entre las cosas que parecen acelerarse figura -inexplicablemente- la adquisición de conocimientos.

En los últimos años han aparecido en nuestro medio numerosos institutos y establecimientos que enseñan cosas con toda rapidez: "....haga el bachillerato en 6 meses, vuélvase perito mercantil en 3 semanas, avívese de golpe en 5 días, alcance el doctorado en 10 minutos....."

Quizá se supriman algunos... detalles. ¿Qué detalles? Desconfío. Yo he pasado 7 años de mi vida en la escuela primaria, 5 en el colegio secundario y 4 en la universidad. Y a pesar de que he malgastado algunas horas tirando tinteros al aire, fumando en el baño o haciendo rimas chuscas.

No creo que ningún genio recorra en un ratito el camino que a mí me llevó decenios.

¿Por qué florecen estos apurones educativos? Quizá por el ansia de recompensa inmediata que tiene la gente. A nadie le gusta esperar. Todos quieren cosechar, aún sin haber sembrado. Es una lamentable característica que viene acompañando a los hombres desde hace milenios.

A causa de este sentimiento algunos se hacen chorros. Otros abandonan la ingeniería para levantar quiniela. Otros se resisten a leer las historietas que continúan en el próximo número. Por esta misma ansiedad es que tienen éxito las novelas cortas, los teleteatros unitarios, los copetines al paso, las "señoritas livianas", los concursos de cantores, los libros condensados, las máquinas de tejer, las licuadoras y en general, todo aquello que nos ahorre la espera y, permita recibir mucho entregando poco.

Todos nosotros habremos conocido un número prodigioso de sujetos que quisieran ser ingenieros, pero no soportan las funciones trigonométricas. O que se mueren por tocar la guitarra, pero no están dispuestos a perder un segundo en el solfeo. O, que, le hubiera encantado leer a Dostoievsky, pero sus libros, les parecen muy extensos .

Lo que en realidad quieren estos sujetos es disfrutar de los beneficios de cada una de esas actividades, sin pagar nada a cambio.

Quieren el prestigio y la guita que ganan los ingenieros, sin pasar por las fatigas del estudio. Quieren sorprender a sus amigos tocando "Desde el Alma" sin conocer la escala de si menor. Quieren darse aires de conocedores de literatura rusa sin haber abierto jamás un libro.

Tales actitudes no deben ser alentadas, me parece. Y sin embargo eso es precisamente lo que hacen los anuncios de los cursos acelerados de cualquier cosa.

Emprenda una carrera corta. Triunfe rápidamente. Gane mucho "vento" sin esfuerzo ninguno.

No me gusta. No me gusta que se fomente el deseo de obtener mucho entregando poco. Y menos me gusta que se deje caer la idea de que el conocimiento es algo tedioso y poco deseable.

¡No señores: aprender es hermoso y lleva la vida entera!

El que verdaderamente tiene vocación de guitarrista jamás preguntará en cuanto tiempo alcanzará a acompañar la zamba de Vargas. "Nunca termina uno de aprender" reza un viejo y amable lugar común. Y es cierto, caballeros, es cierto.

Los cursos que no se dictan: Aquí conviene puntualizar algunas excepciones. No todas las disciplinas son de aprendizaje grato, y en alguna de ellas valdría la pena una aceleración. Hay cosas que deberían aprenderse en un instante: El olvido, sin ir más lejos. He conocido señores que han penado durante largos años tratando de olvidar a damas de poca monta (es un decir). Y he visto a muchos doctos varones darse a la bebida por culpa de señoritas que no valían ni el precio del primer Campari. Para gentes como ésta, sería bueno dictar cursos de olvido. "Olvide hoy, pague mañana". Sólo por citar un ejemplo, claro, pero así, terminaríamos con tanto canalla inolvidable que anda dando vueltas por el alma de las buenas personas.

Otro curso muy indicado sería el de humildad. Habitualmente se necesitan largas décadas de desengaños, frustraciones y fracasos para que un señor soberbio entienda que no es tan pícaro como él supone. Todos -el soberbio y sus víctimas- podrían ahorrarse centenares de episodios insoportables con un buen sistema de humillación instantánea.

Hay -además- cursos acelerados que tienen una efectividad probada a lo largo de los siglos. Tal es el caso de los "sistemas para enseñar lo que es bueno", "a respetar" ó "quién es uno", etc.

Todos estos cursos comienzan con la frase "Yo te voy a enseñar" y terminan con un flor de castañazo. Son rápidos, efectivos y terminantes.

Elogio de la ignorancia: Las carreras cortas y los cursillos que hemos venido denostando a lo largo de este opúsculo tienen su utilidad, no lo niego. Todos sabemos que hay muchos que han perdido el tren de la ilustración y, no por negligencia. Todos tienen derecho a recuperar el tiempo perdido. Y la ignorancia es demasiado castigo para quienes tenían que laburar mientras uno estudiaba.

Pero los otros, los buscadores de éxito fácil y rápido, no merecen la preocupación de nadie. Todo tiene su costo y el que no quiere afrontarlo es un garronero de la vida.

De manera que aquel que no se sienta con ánimo de vivir la maravillosa aventura de aprender, es mejor que no aprenda.

Yo propongo a todos los amantes sinceros del conocimiento el establecimiento de cursos prolongadísimos, con anuncios en todos los periódicos y en las estaciones del subterráneo;

"Aprenda a tocar la flauta en 100 años".

"Aprenda a amar aunque le lleve incontables fracasos"

"Aprenda a vivir durante toda la vida".

"Aprenda. No le prometemos nada, ni el éxito, ni la felicidad, ni el dinero. Ni siquiera la sabiduría. Tan sólo los deliciosos sobresaltos del aprendizaje".

Alejandro Dolina