Como la gran mayoría de los argentinos, soy futbolero. Y en esa condición uno puede observar distintos aspectos de la vida cotidiana, incluso lo concerniente a la política.
En fútbol, al igual que en muchos deportes, el dominador del terreno de juego es, a la postre, el que mayores posibilidades tiene de llevarse el triunfo final.
En política, vaya coincidencia, pasa mas o menos lo mismo. El que conoce el campo de juego y pone a los jugadores adecuados en funcionamiento es probablemente que no tenga sorpresas al contabilizar los votos en las urnas.
Caminar por defensa, mediocampo y ataque es sinónimo de correcto funcionamiento de equipo. En política, andar por caminos, barrios, pueblos y picadas es lo mismo.
Salir a jugar conociendo el pique que puede producir aquel pastito mal cortado o aquel pocito que no se pudo tapar es conocer el paño. Los políticos que saben de sus errores y los corrigen evitando tropezar dos veces con la misma mata o provocarse un esguince con aquella dificultad del terreno, también conocen por donde avanzar y por donde mejorar su performance.
¡Cuántas similitudes, ¿no?!
Cuando se sale a la cancha, en fútbol o en política, es necesario conocerla. Saber de las dificultades que se pueden presentar es recorrerla varias veces a lo largo y a lo ancho. Como la provincia, ¿vió? Andarla, palparla, pisarla, conocerla, es condición “sine qua non” mirando hacia objetivos claros de triunfos, no de derrotas.
Hablar y meter en el campo de juego, en el fútbol o en la política, a los protagonistas del partido sin conocimiento del terreno, o con escaso recorrido del mismo es condenarse a la derrota y a la frustración de sus seguidores.
Cuando el técnico sabe qué jugadores hay que utilizar y por donde hacerlos transitar en la cancha tiene un alto porcentaje a favor. Cuando, por el contrario, se lanza a sus dirigidos a la aventura de recorrer lo no recorrido y transitar por caminos que nunca se pisaron, bueno, el resultado saltará a la vista.
Cualquier similitud con lo que está ocurriendo en Misiones no es pura coincidencia. Hay un equipo que sabe por donde caminar. Sus rivales, a veces, dan la sensación de no conocer ni siquiera las canchas donde supuestamente son locales.
¿Quién dijo que el fútbol y la política no van de la mano? ¡Si prácticamente es lo mismo..!
¿No le parece?
Guillermo Reyna Allan
1 comentario:
Muy bueno Gui!
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