jueves, 30 de diciembre de 2010

Perdieron al abuelo cuando lo llevaban en un Rastrojero


No es mi estilo. NO es el estilo de Poedismo subir este tipo de noticias. Pero, como no hubo heridos de gravedad, permitanme tomar esta noticia con un poco de humor negro. Salió publicada en el diario Puntal de Río Cuarto... lean y comenten.


Una fa­mi­lia que se di­ri­gía por la ru­ta na­cio­nal 35 en la pro­vin­cia de La Pam­pa per­dió a un abue­lo que es­ta­ba dur­mien­do en la ca­ja de un ve­hí­cu­lo, en un in­só­li­to epi­so­dio que ocu­rrió en cer­ca­nías de la ca­pi­tal pro­vin­cial, se­gún in­for­ma­ron ayer fuen­tes po­li­cia­les.


La fa­mi­lia se di­ri­gía des­de la ciu­dad de San Juan ha­cia Puer­to Bel­gra­no (Bue­nos Ai­res) y al pa­sar por San­ta Ro­sa fue cuan­do tu­vo lu­gar es­te he­cho.El con­duc­tor pa­ró a car­gar com­bus­ti­ble en una es­ta­ción de ser­vi­cio de San­ta Ro­sa y Jor­ge Na­ran­jo, de 67 años de edad, de­ci­dió acos­tar­se a dor­mir en la ca­ja del ve­hí­cu­lo, un vie­jo Ras­tro­je­ro, pa­ra des­can­sar.Los in­te­gran­tes de la fa­mi­lia, al lle­gar a la lo­ca­li­dad de Ata­li­va Ro­ca pa­ra ce­nar, se die­ron cuen­ta de que el abue­lo no es­ta­ba en la ca­ja del Ras­tro­je­ro, por lo que avi­sa­ron a la Po­li­cía.


Ini­cial­men­te cre­ye­ron que se ha­bía ba­ja­do a úl­ti­mo mo­men­to en la es­ta­ción de ser­vi­cio, pe­ro fi­nal­men­te lo en­con­tra­ron a la al­tu­ra del ki­ló­me­tro 297 de la ru­ta 35, en­tre el Par­que Lu­ro y la en­tra­da a Nai­có, a unos 40 ki­ló­me­tros al sur de San­ta Ro­sa, con al­gu­nos gol­pes y es­co­ria­cio­nes.


Se­gún el re­la­to de Na­ran­jo, lo que ha­bría su­ce­di­do es que, al dor­mir­se, so­ñó que es­ta­ba en la ca­ma y qui­so ba­jar­se de la mis­ma, pe­ro sin reac­cio­nar que es­ta­ba en la ca­mio­ne­ta.Al dar­se cuen­ta, al­can­zó a to­mar­se de la ba­ran­da y co­rre­teó aga­rra­do al Ras­tro­je­ro al­gu­nos me­tros, pa­ra lue­go lar­gar­se a la ban­qui­na, don­de re­ci­bió al­gu­nos gol­pes me­no­res.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Oración de fín de año


Señor, Dios...

Dueño del tiempo y de la eternidad.
Tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias,
por todo aquello que recibí de TI.

Gracias por la vida y el amor, por las flores,
el aire y el sol, por la alegría y el dolor,
por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.

Te ofrezco cuanto hice en este año.
El trabajo que pude realizar,
las cosas que pasaron por mis manos,
y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos
meses amé,
las amistades nuevas y los antiguos amores,
los más cercanos a mí,
y los que están más lejos, los que me dieron su mano,
y aquellos a los que pude ayudar.
Con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y
la alegría.

Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón.
Perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal
gastado.
Por la palabra inútil y el amor desperdiciado.
Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal
hecho.
Y perdón por vivir sin entusiasmo.
También por la oración, que poco a poco,
fui aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte.

Por todos mis olvidos, descuidos y silencios
nuevamente.
Te pido perdón.

Pronto iniciaremos un nuevo año y detengo mi vida,
ante el nuevo calendario aún sin estrenar.
Te presento estos días, que sólo TU sabes, si llegaré
a vivirlos.

Hoy te pido para mí y los míos, la paz y la alegría,
la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad.
Llevando a todas partes, un corazón lleno de
comprensión y paz.

Cierra Tú mis oídos, a toda falsedad.
Y mis labios, a palabras mentirosas,
egoístas, mordaces o hirientes.

Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno.
Que mi espíritu, se llene sólo de bendiciones,
y las derrame a mi paso.

Cólmame de bondad y de alegría,
para que cuantos conviven conmigo,
o los que se acerquen a mí, encuentren en mi vida,
un poquito de TI.

Danos un año feliz y enséñanos a repartir felicidad.

Amén


Fuente: Actosdeamor.com

sábado, 18 de diciembre de 2010

A los gauchos


Raza valerosa y dura

que con pujanza silvestre

dio a la patria en garbo ecuestre

su primitiva escultura.

Una terrible ventura

va a su sacrificio unida,

como despliega la herida

que al toro desfonda el cuello,

en el raudal del degüello

la bandera de la vida.


Es que la fiel voluntad

que al torvo destino alegra,

funde en vino la uva negra

de la dura adversidad.

Y en punto de libertad

no hay satisfacción más neta,

que medírsela completa

entre riesgo y corazón,con tres cuartas de facón

y cuatro pies de cuarteta.


En la hora del gran dolor

que a la historia nos paría,

así como el bien del día

trova el pájaro cantor,

la copla del payador

anunció el amanecer,

y en el fresco rosicler

que pintaba el primer rayo,

el lindo gaucho de Mayo

partió para no volver.


Así salió a rodar tierra

contra el viejo vilipendio,

enarbolando el incendio

como estandarte de guerra.

Mar y cielo, pampa y sierra,

su galope al sueño arranca,

y bien sentada en el anca

que por las cuestas se empina

le sonríe su Argentina

linda y fresca, azul y blanca.


Luego al amor del caudillo

siguió, muriendo admirable,

con el patriótico sable

ya rebajado a cuchillo;

pensando, alegre y sencillo,que en cualesquiera ocasión,

desde que cae al montón

hasta el día en que se acaba,

pinta el cub de la taba

la existencia del varón.


Su poesía es la temprana

gloria del verdor campero

donde un relincho ligero

regocija la mañana.

Y la morocha lozana

de sediciosa cadera,

en cuya humilde pollera,

primicias de juventud

nos insinuó la inquietud

de la loca primavera.


Su recuerdo, vago lloro

de guitarra sorda y vieja,

la patria no apareja

preopación ni desdoro.

De lo bien que guarda el oro,

el guijarro es argumento;

y desde que el pavimento

con su nivel sobrepasa,

va sepultando la casalas piedras de su cimiento.


Leopoldo Lugones

sábado, 4 de diciembre de 2010

¿Dónde estás?


Hoy recuerdo a mi viejo. Hace ya 35 años que no está junto a nosotros físicamente. Pero nunca, nunca, ha dejado de estar aqui, muy cerca nuestro...


¿Dónde estás?

¿ Donde estás, querido Viejo ?
En mañanas diáfanas, tardes turbias, y noches tristes,
busqué tu amparo. Tu sonrisa tranquilizadora,
tus palabras sabias.
Y, a veces, no te encontré.

Quizás te busqué donde no debía.
Y me olvidé de Vos. Me olvidé de Dios.
Equivoqué el rumbo. Y me golpeé.
Intenté desviarme. Y no pude.
Me esforcé en cambiar. Y fue imposible.

Y, entonces, como ahora, como siempre,
le pregunté al viento, dónde estás ?
Y la respuesta ululaba entre las hojas de mi mente:
“estoy con vos, en cada uno de tus actos,
equivocados o no. Siempre estoy con vos.’’

Y, cuando miré dentro de mí, te encontré, querido Viejo.
En mis hijos. En mi esposa. En mis sueños.
Te encontré, querido Viejo.
Y al encontrarte me descubrí.
Y al descubrirme me reencontré con Dios.



GUILLERMO REYNA ALLAN


Posadas - Octubre, 1990
Para mi Padre, Ricardo Reyna Lascano