jueves, 28 de junio de 2007

El mate... un estilo de vida


El mate no es una bebida...
Bueno, sí... Es un líquido y entra por la boca.
Pero no es una bebida.

En este país (Argentina) nadie toma mate porque tenga sed.

Es más bien una costumbre, como rascarse.
El mate es exactamente lo contrario de la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo...
Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es: "hola,como estas?", y la segunda "¿tomamos unos mates?".
Esto pasa en todas las casas.
En la de los ricos y en la de los pobres.
Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa también entre hombres serios o inmaduros.
Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian.

Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara.
Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar.
En verano y en invierno.
Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos; los buenos y los malos.
Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide.
Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes.

Sentís un orgullo enorme cuando un pedacito de tu sangre empieza a chupar mate.
Se te sale el corazón del cuerpo.

Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, o con un chorrito de limón.

Cuando conocés a alguien por primera vez, decis:"¿te tomás unos mates?".

La gente pregunta, cuando no hay confianza: "¿Dulce o amargo?". El otro responde: "Como tomes vos".
Los teclados de las computadoras en Argentina tienen las letras llenas de yerba.
La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas.

Siempre.

Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie. Este es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres.

Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos.

No es casualidad.
No es porque sí.

El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es que ha descubierto que tiene alma. O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera.

Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solo. Pero debe haber sido un día importante para cada uno.

Por adentro hay revoluciones. El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores... Es la solidaridad de bancar esos mates lavados! sólo porque la charla es buena.
La charla, no el mate. Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y es la sinceridad para decir: ¡Basta, cambiá la yerba!". Es el compañerismo hecho momento. Es la sensibilidad al agua hirviendo. Es el cariño para preguntar, estúpidamente: "¿está caliente, no?". Es la modestia de quien ceba el mejor
mate. Es la generosidad de dar hasta el final. Es la hospitalidad de la invitación. Es la justicia de uno por uno. Es la obligación de decir "gracias", al menos una vez al día.

Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.

¿Te sentiste incluído?....

Compartilo entonces con quienes alguna vez tomaste un mate...


(Anónimo)

martes, 26 de junio de 2007

¿Nos ha ganado la violencia?


Hablar de violencia hoy nos sensibiliza a todos.


En cada rincón donde nos encontremos es imposible mantenerse aislado de esta realidad. No se pretende hacer hoy hacer un análisis sociológico de la violencia en cada nivel, solamente pretendo que nos ubiquemos en lo que observamos cada día en nuestras calles; en nuestras escuelas; en el deporte; en la familia, y nos encontramos que estamos insertos , y no somos ajenos a esa realidad que nos golpea.


Ayer fueron los hechos en un estadio de fútbol en la no tan lejana, hoy, Buenos Aires. Hoy aqui, a pocas cuadras de nuestras casas, frente a la Municipalidad de Posadas. La intemperancia es dueña y la violencia se acomoda como mejor le place en el protagonismo de aquellos que están escudados en una protesta, o los otros que se pretenden desarticular la misma. Para el caso es igual. La irresponsabilidad y el querer ganar protagonismo conduce rápidamente al descontrol de ambas partes.


¿Quién arrojó la primera piedra, el primer palo, el inicial insulto? ¿Tiene importancia? Lo concreto es que vecinos contra vecinos, ¿amigos contra amigos?, se enfrentan sin medir en muchos casos las consecuencias de sus actos.


La violencia, cual ángel de las tinieblas, se ríe; sobrevolando por aqui y por allá. Una nueva victoria. Ella es la única que gana.


¿Vivimos en una sociedad enferma? Creo que no hay muchas dudas al respecto. Un virus de maldad, falta de valores, de ética, de convivencia, se ha instalado desde hace un tiempo en la Argentina. Misiones tampoco es ajena a ello. No hay vacunas contra una epidemia que se propaga más y más.


Debemos volver a hablar de los valores. Esos de los que tantas veces nos hablaron nuestros padres y maestros, y que en la gran mayoría de los casos caló bien hondo y nos dejó un gran sedimento. ¿Porqué nosotros no hacemos lo mismo?. Tenemos temor a que nos tilden de antiguos, que somos pesados, que la realidad de hoy es otra. No importa, debemos seguir poniendo nuestro granito de arena, debemos dar el ejemplo, porque es la única forma de cambiar. No estimulemos con el silencio o dejando que otros hagan cosas que a nosotros también nos involucran.


Por alli debemos pensar que estamos evadiendo el verdadero problema al hablar de "lo que otros hacen" y cómo prevenirlo. La violencia no es algo que "otros" hacen: es algo en lo que todos, de una forma u otra somos cómplices. Somos "igual de culpables" y deberíamos estar buscando como es que perpetuamos la violencia en nuestras propias relaciones cotidianas.


Ahora bien, como dice Javier Cruz, la violencia es el camino más fácil y rudimentario para arribar a una solución. Puedo conseguir algo a través de ella pero en este caso hay que ver cuánto pierdo (al ganar)… Podríamos decir que algo gano, pero que también algo pierdo.


Personalmente creo que por medio de la violencia se pierde más de lo que se gana. El hecho de que la violencia exista implica que debo convivir con ella, y esto sugiere además que debo conocer cómo funciona para poder manejarla y asi evitar convertirme a mí mismo en un individuo violento y generador de violencia.


Cuando la gente se enoja o apela a la violencia el grito es un medio de descarga. Nos gritamos unos a otros, lo más interesante es que solemos gritarnos cara a cara. Buscamos la cercanía del otro, lo enfrentamos y le gritamos hasta cansarnos.


Ahora bien, ¿por qué gritamos si estamos uno delante del otro?. La versión más conocida dice: gritamos porque queremos imponernos, queremos tener la razón para poder someter al enemigo. Esta sería una versión bastante occidental, basada en la competencia y el egocentrismo.


La otra alternativa nos llega desde la sabiduría oriental. Esta dice que, aunque estén cara a cara, las personas gritan cada vez mas fuerte pues sus corazones, en ese momento, están sumamente alejados...


Para el oriental es todo cuestión de amor, la violencia ha hecho que los corazones se separen y la única manera posible de llegar al otro, de comunicarme con él, es gritando. Mientras más nos enojamos mas fuerte gritamos... pues cada vez la distancia entre nosotros es mayor.


Cuando el enojo pasa y la relación vuelve a su cauce, nuestros corazones están cerca y hasta un susurro basta para comunicarnos. Dice la sabiduría oriental, que cuando el amor brilla, los corazones están tan juntos que parecen unidos. En esta unión sublime, ya no hacen falta palabras pues el silencio cobra pleno sentido...


Escribre: Guillermo Reyna Allan (Extraído del mismo autor en Infodía.com.ar)

lunes, 25 de junio de 2007

Paisaje


Hay un paisaje imaginado.
Montañas enormes, salpicadas de blanco.
Ocres intensos, verdes de fantasía, rojos de placer.
Hay un arroyo que gime. Un pájaro amigo. Rocío bebible.
Un leño que muere, dando vida a la llama.
Un vaso con hielo, un cigarrillo apagado.

Hay un sueño encontrado a la luz de las nubes.
Tú y yo, agazapados.
No se siente el frío. Se percibe el amor.
Es ahora. Es siempre.
Es ahora. Es nunca.

Hay pies cubiertos por la envidiosa lana.
Camisa sin botones y cabello enmarañado.
Sonrisas silenciosas. Suspiros y abrazos.

Despierta conmigo. !!! Que no acabe tu risa.
Une tu sueño al mío y volemos.
Es tiempo de paisaje. Es tiempo imaginado.




Guillermo Reyna Allan

Posadas - Misiones - Argentina

Cuando el tiempo es... nada


Una mujer sacude la cabeza mientras canta casi sin abrir los labios, un hombre que peina canas se esfuerza por contener las lágrimas, un grupito de chicas adolescentes que ríen traviesas no puede evitar mover los pies.


Los Gatos, la legendaria banda que por primera vez en la historia se animó a cantar rock en castellano, está otra vez en la ruta. Y es pura emoción. Los miles de fans que desbordan la plaza San Martín la noche del sábado disfrutan a pleno la fiesta del reencuentro.


En el escenario, Litto Nebbia, Ciro Fogliatta, Kay Galifi y Alfredo Toth, los cuatro miembros fundadores del grupo, tocan sus viejas canciones, con la excusa de celebrar los 40 años del lanzamiento de su primer simple, “La balsa”. Pese a que el frío es intenso, nadie se mueve de su lugar. Asistir al regreso de la banda que puso a rodar la piedra del rock argentino es un privilegio que, no bien suenan los primeros acordes de “Lágrimas de María”, el tema que Los Gatos eligen para abrir el show, queda claro que, con el correr de los años, se exhibirá con orgullo como una medalla en el pecho.


En Rosario, ese “yo estuve ahí”, que dentro de un tiempo celebrarán los espectadores del recital del regreso de Los Gatos, es patrimonio de muchos. Porque fue en sus calles, en sus bares, en las bucólicas guitarreadas de fogón que compartían los jóvenes en las plazas en los dorados y lejanos años 60, cuando se formó la banda y nació el sueño de conquistar Buenos Aires. “Yo los conozco de chicos, vivían cerca de mi casa en barrio Industrial y mi viejo, que era amigo del padre de Litto, les consiguió que los dejaran ensayar en el club”, cuenta a La Nacion Osvaldo Puigros, de 48 años, y sigue: “A los socios más viejos, que jugaban a las bochas, no les hizo ninguna gracia y vivían quejándose de que la música les molestaba”.


La historia se multiplica en las voces de los espectadores que tienen edad suficiente como para haber vivido aquellos tiempos en que vestir camisas coloridas, llevar el pelo largo y tocar la guitarra era tocar el cielo con las manos.


Y eso era lo que hacían Los Gatos: vivían intensamente la juventud. Y los rosarinos lo saben mejor que nadie. Por eso cuando suena “Soy de cualquier lugar”, un himno de la generación que creció con el sueño de vivir en libertad, la gente suspira nostálgica. También, sonríe, porque la música y las letras de Los Gatos tienen una inocencia que en el mundo de hoy, donde el mercado cada día le deja menos margen a la creatividad, despiertan una gran ternura. “¡Qué linda camisa, Litto!”, grita desde el corazón de la multitud una voz de mujer, y el músico, que luce una camisola floreada en tonos rosa pastel, responde con una sonrisa y arremete, con una energía inusitada con “El vagabundo”, “María” y “No fui hecho para esta tierra”.


El primer tramo del show culmina con “Ayer nomás” y una ovación que agita a la multitud. Ya se rompió el hielo. Los nervios del debut desaparecieron y la banda muestra que todavía tiene mucho para dar. Con “No fui hecho para esta tierra”, Alfredo Toth, que con el pulso del bajo sostiene el andamiaje musical de Los Gatos, entra en calor. Se quita el polar, una prenda que cuando Los Gatos triunfaron no existía, y queda en mangas cortas. Ciro Fogliatta, que cuando apareció en escena, con el pelo blanco y canoso, el gesto adusto, pañuelo al cuello y la campera de gamuza parecía el oficinista amargado de la película La tregua, no le va en saga. Se queda en chaleco y mangas de camisa y adquiere, como por arte de magia, el aspecto de un pianista de blues. Sigue serio, pero le saca chispas al órgano Hammond. “La olvidarán”, con su languidez de balada romántica, desacelera el ritmo, pero sólo por un momento, porque con “Esperando a Dios” vuelve el beat y aparece, con cuentagotas, la guitarra de Kay Galifi.


Y más: “Chica del paraguas”, uno de los hits que sonaban con insistencia en la radio en las épocas de gloria de la banda, endulza la noche con su pop pegadizo. “Fuera de la ley” un rock que revela la herencia cruda y rockera que dejó el paso de Pappo por Los Gatos, dio lugar para que Rodolfo García y Daniel Colombres, los bateristas que ocupan el lugar del desaparecido Oscar Moro, se lucieran con un vigoroso set percusivo que el público coronó con una ovación. “A veces la vida nos lleva por algunos caminos dolorosos con un familiar o un amigo, como nos pasó a nosotros con Oscar Moro, por eso hoy queremos recordarlo y rendirle homenaje”, dijo Ciro Fogliatta en la única ocasión en que quebró su silencio en la noche, para presentar a Juanito, el hijo del legendario baterista de Los Gatos, quien tocó en “Viento dile a la lluvia”. Fue uno de los momentos más emotivos del show, pero no el único, porque después de la vibrante versión de “Rock de la mujer perdida”, que sacudió la melancolía en la que había caído el público, subió al escenario Fito Páez, para cantar junto al grupo “No te vayas campeón”, que recordó al también desaparecido Lalo de los Santos, en tributo a los 25 años de la Trova Rosari.


Tras el aplauso llegó el tema más esperado por todos, “La balsa”, que Litto Nebbia y Fito Páez cantaron a dúo, acompañados por un coro de miles de voces. Fue una experiencia irrepetible, única, histórica y, sobre todo, muy emocionante, por lo que significan Los Gatos y más precisamente ese tema para el rock en la Argentina.


Antes de decir “adiós”, o mejor “hasta luego”, Los Gatos tocaron un par de temas más, “El rey lloró” y “Réquiem”. Los músicos salieron a saludar, se confundieron en un abrazo y hasta a alguno se le humedecieron los ojos. Y no es para menos, después de “La balsa”, ya nadie esperaba más que la dulce esperanza del naufragio.


Extraído de La Nación: Por Ricardo Luque

viernes, 22 de junio de 2007

martes, 19 de junio de 2007

Manuel Belgrano, el prócer olvidado


A 187 años de la muerte del creador de nuestra bandera debemos rendir a Manuel Belgrano un homenaje muchas veces postergado.

Belgrano ofreció el último tramo de su vida, a una causa que creía justa, por ello a la comodidad que su condición de abogado reconocido le aseguraba, le opuso la decisión de participar en un movimiento revolucionario que prometía la construcción de una nueva Nación. Aceptó el desafío, sabía que no era fácil, pero eligió el sacrificio y la incertidumbre, nos legó su ejemplo, que se repite y multiplica en cada enseña patria enarbolada a lo largo y a lo ancho de nuestra querida Argentina.

Debemos aprender a escuchar el mensaje que el prócer nos legara. La bandera es el símbolo, pero la Patria la hacemos todos, día a día, generación tras generación. Una Nación tiene identidad cuando se construye fundada en principios y valores que le son propios e intransferibles. A pesar del tiempo transcurrido y con los cambios profundos que se han producido en el mundo, aquellos principios permanecen con toda su fuerza y vigencia. Se manifiestan en nuestra vida democrática, en la activa participación del pueblo en el quehacer nacional, resaltando las acciones positivas, señalando también los errores, trabajando en la construcción colectiva de una sociedad mas justa, mas equitativa, mas solidaria.

Manuel Belgrano enarboló por primera vez la bandera nacional en la ciudad de Rosario el 27 de febrero de 1812.


Para glorificar la bandera como corresponde, el 8 de junio de 1938, el Congreso sancionó una ley que fija como Día de la Bandera y lo declara feriado, el 20 de Junio, aniversario de la muerte de su creador.


Decía Manuel Belgrano a sus soldados al referirse a la bandera: “Posesionaos de ella” y “no olvidéis jamás que nuestra obra es de Dios; que El nos ha concedido esta bandera, que nos manda la sostengamos, y que no hay una sola cosa que no nos empeñe a mantenerla con el honor y decoro que le corresponde”.


Joaquín V. González describe su amor a ella en una poesía: ¡Bandera de la patria, celeste y blanca, símbolo de la unión y de la fuerza con que nuestros padres nos dieron independencia y libertad; guía de la victoria en la guerra, y del trabajo y la cultura en la paz; vínculo sagrado e indisoluble entre las generaciones pasadas, presentes y futuras; juremos defenderla hasta morir antes que verla humillada!


Guillermo Reyna Allan


Estraído de Infodía.com.ar

viernes, 8 de junio de 2007

AUNQUE DUELA


Grito. Silencio. Ahogo.


Resentimiento y pena.


Lágrimas ocultas de hombres duros. Dientes apretados, de madres sin hijos, de mujeres sin cariño.


Algo se les ha quitado. Algo va naciendo.


Lanza y muerte. Dolor y arrogancia.

El tiempo escapa, el orgullo crece.


Ahora, en el después, nada ha cambiado.


El cachetazo sigue vigente y la ironía perdura. En mil arrugas, otras tantas historias.


Para que se sepa. Para que no se olvide.

Indio viejo, paisano hermoso de valles y pampas,de sierras y montes. Desheredado sin piedad.


Destino de final con la frente alta.


Aunque duela.


Aunque no haya consuelo. Aunque las risas y las palabras hieran mas que el sable y el balazo.

Es el respeto. Aquel que nace a fuerza de llanto heroico. Seguirá vigente el reclamo justo. A pesar de todos.


Más allá del tiempo... la tierra es tuya.


Guillermo Reyna Allan

miércoles, 6 de junio de 2007

Ser Periodista


La vida nos ha enseñado que ser periodista no es llegar a una universidad y recibir, por decreto o no, un título que lo acredite como tal. Realmente como dicen las Escrituras “Muchos son los llamados, pero pocos son los elegidos”. Y, es que el periodismo es un apostolado que se inicia con la búsqueda de la verdad y con el enorme sentimiento de libertad… de libertad de emisión del pensamiento.

Periodista es ser una persona humana con sentimientos, con visión, con errores. Un hombre o una mujer que lleva en sus espaldas la responsabilidad de informar de los hechos que ve, que escucha y que no pocas veces padece tales como el calor, el hambre, el frío, la explotación, la discriminación, el dolor, la tristeza, y en fin, cualesquiera de los sentimientos y padecimientos que existen en la humanidad, pero quien ante la impotencia sólo encuentra como válvula o mecanismo de escape, su expresión.

Su trabajo no es intangible, se refleja en las páginas de los medios de comunicación impresa, en el manejo de las imágenes de los medios televisados, en sus locuciones radiofónicas, en sus noticias, en sus comentarios, en sus artículos, en sus reportajes y en todos los géneros periodísticos existentes hoy y por descubrirse y acuñarse mañana.

Ser periodista, dijo alguna vez Joaquín Medina Bermejo, periodista guatemalteco, es ver, oír y no callar. Acá los tres monos sabios perdieron uno; uno que se transformó en ser humano, que racionaliza, que todo lo evalúa una y otra vez; un individuo que vive en carne propia lo que publica, y quien se identifica con los que menos poseen; una persona que por su misma naturaleza y vocación está en contra de las injusticias, del abuso, de las violaciones a los derechos humanos, de los gobernantes autoritarios, de los oligarcas de los factores de poder y dominio.

Ser periodista es hablar y escribir la verdad, sin embargo, hay quienes han suplantado este apostolado y se han apropiado de los medios de comunicación contradiciendo totalmente la verdadera razón de ser del periodismo y de quienes con amor, pero con firmeza, hacemos diariamente lo que nos gusta… informar con veracidad, buscar la verdad, hablar en favor de quienes no pueden o son acallados, así como denunciar siempre todo tipo de injusticia o sometimiento humano.

Ser periodista es amar la verdad, haberse casado con ella y vivir para ella. Por ello es que el gremio más vejado, más ultrajado, es el periodismo, porque además de la usurpación que existe por parte de no pocos individuos que se dicen, pero definitivamente no son periodistas, hay división entre el gremio, hay poca unidad de grupo y lo peor, hay molestia por parte de algunos sectores, que no aceptan que la mentira dura, mientras la verdad no llega, y que el compromiso, la responsabilidad del periodista, es precisamente la búsqueda y difusión de la verdad.

Por eso, porque al publicar y difundir la verdad, el periodista juega un papel muy importante y evidencia los abusos, es que han sido muchas las víctimas del periodismo quienes han sido acallados, muertos, asesinados…

A ellos, quienes legaron su ejemplo, quienes nos permitieron estar donde estamos hoy, y quienes al igual que nosotros, rechazaron el abuso, la explotación, la mentira y la falta de transparencia, un reconocimiento público.

A quienes por el contrario se han valido de esta noble profesión para alcanzar posesión, dinero y poder, a quienes se burlan de los ciudadanos difundiendo comprometidas noticias y ocultando los hechos reales, a ellos nuestro repudio, porque como hemos dicho, el periodista nace de las venas abiertas de las comunidades, de sus necesidades, de sus anhelos y sus esfuerzos.

El periodista nace de las necesidades sociales y con un poco de apoyo académico se forja como la mejor escultura de Miguel Ángel o el mejor invento de Albert Einstein. Por ello y por muchas otras razones, el periodista no es compatible con el poder y menos con el poder de la oligarquía y de otros factores que sólo piensan en el derecho de su nariz.

Escribe: Guillermo Reyna Allan

martes, 5 de junio de 2007

“Un 25 de mayo muy especial”


El día que conocí a Celeste


Que fácil sería describir el color “celeste” del cielo; simple sería ,contarles del profundo “azul” del mar…Pero cuán difícil es, describir en pocas palabras a “Celeste y Azul” a cada unos de los niños, padres, docentes y amigos de este hermoso rincón de la provincia de Córdoba.


El día en que, por aquella nota periodística, me enteré de este proyecto tan educativo, original y tierno, (para los alumnos y sus padres), donde el protagonista principal era el LIBRO y su bibliotecaria una burra (Celeste), que cada quince días llena de letras sus alforjas y camina por las calles y senderos de los cerros muy próximos al Champaqui desde Chacras Norte.


Leí la nota con sumo interés y le comenté a la audiencia de la 89.5 FM Argentina aquél lunes 23 de abril, que en un pequeño rincón aparecía una dirección y teléfono solicitando libros a quienes quieran colaborar. Son niños, que acompañados por sus docentes están llevando adelante un proyecto de Lectura y algo más. Comenté a la audiencia, que aún se puede en Córdoba y Argentina, que aún quedan docentes de vocación, que aún quedan niños “libres de contaminación” , que ese teléfono que figuraba al pie de nota, no tenía costo más IVA como el de Gran Hermano o Bailando por un sueño.


Comencé la campaña y el teléfono no dejó de sonar. Libros, útiles, golosinas, estufas, cotillón, ropa,calzado,etc. Era la gente solidaria de mi pueblo que valoró el proyecto “Celeste” que les había contado.


Así comenzó, y así de rápido llegó el día 24 de mayo en que emprendimos el viaje Fernando y Yo.


Solo sabíamos que debíamos cruzar las altas cumbres y llegar a Mina Clavero donde nos esperaba la directora del Centro Educativo Esteban Echeverría.


Llegamos, allí estaba Fanny, abriéndonos las puertas de su casa como al mejor de sus amigos. El mate, el asado y buen tinto, sirvieron de condimento para que habláramos durante seis horas de todo lo que significaba para ella esta escuela y su gente, los proyectos, Cristina, Laura, los niños y sus padres, la llegada de “el padrino”, y tantas cosas más.


Ya 25 de Mayo, la cruda helada nos hacía tiritar de frío pues los últimos tizones del hogar se habían consumido durante la noche. Teníamos que recorrer 25 kilómetros más para llegar al lugar. El sol hizo brillar mis ojos al ver todas esas pequeñas bracitas que correteaban de un lado a otro por el patio de la escuela recién regado, emanando el calor mágico que fluye de la inocencia, pureza, bondad de esos niños, que quedó sellado en un beso y una caricia apenas abrimos la puerta del auto.


Los padres no dejaron de agradecer lo material pero, por sobre todas las cosas nuestra presencia. El "no dejen de venir, aunque más no sea para compartir un mate cocido y trozo de pan casero . . .por los niños, ellos están muy felices de saber que su escuela tiene un padrino".


Compartimos el chocolate y la torta casera, infaltable del 25, saludamos a Celeste y a su pequeño Azul, futuro bibliotecario de Chacras Norte, recordamos a la “Gorda Bella”, nos sacamos fotos e intercambiamos presentes.


¡Como no emocionarse con el álbum que me hicieron los chicos, sus cartitas, sus cuentos, el dulce tan particular de las nueces del lugar, el perchero artesanal!


Mi corazón palpitaba rebosante de tanto cariño puesto de manifiesto, en cada gesto de ternura, en cada palabra, en la elocuencia de cada mirada, en la confianza demostrada.


Doy gracias a Dios por haberme permitido este lujo de conocerlos y disfrutar cada minuto compartido.


Gracias a los corazones solidarios de mi pueblo y a todos los que aportaron su granito de arena; Municipalidad de Arroyito, Biblioteca Municipal Almafuerte, Jardín Carlos Leguizamón, Fernando por la compañia, José Gómez que nos apoyó desde el comienzo y permitió que difundiéramos todo lo que vivimos a través de FM Argentina, Rodolfo Novelli por el aguante de EL Expreso de la Mañana, Nicolas Novelli que nos da seguridad técnica de que todo sale al aire de “10”, Silvia, Carola y Simón Pedro por estar siempre junto a mí y compartir estos bellos y emotivos momentos.


Escribe: Alfredo Miguel Reyna, padrino del Centro Educativo “Esteban Echeverría” de Chacras Norte Dpto. San Javier Provincia de Córdoba.

Extraído de ArroyitoCiudad.com.ar

lunes, 4 de junio de 2007

Contactos

Para contactarme, publicar tus poemas, o las informaciones que creas interesantes y que deban ser incorporadas al blog, mi dirección de mail es: greyna@argentina.com.
Los espero.
Guillermo

La vida en una compra y venta


¿Cuánto vale la vida? Para Aurelia, una argentina de 33 años que se encuentra en serios problemas financieros, unos 50.000 dólares. Para José, un guatemalteco de 22 años que necesita pagar su universidad, 30.000 dólares. Para Gabriela, una mexicana de 28 años que debe honrar varias deudas, es cuestión de negociar.

Ellos son apenas tres de los miles de latinoamericanos dispuestos a vender a quienes están enfermos y pueden pagar lo que sea por recuperar su salud, uno de sus riñones. Y es que la compra y venta de órganos humanos se ha convertido en un importante problema en el Tercer Mundo, según advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues las largas listas de espera para recibir órganos de cadáveres llevan a los pacientes frustrados a buscar nuevas fuentes en el mercado negro.

Los trasplantes son considerados la mejor solución para tratar el último estadio de una insuficiencia en un órgano, dice la OMS. De ahí que los avances médicos en ese campo propicien un aumento de la demanda de quienes necesitan nuevos riñones, hígados, córneas y médulas.


Aunque los casos más sonados se registran todavía en Asia —en Pakistán, por ejemplo, existen aldeas donde el 50 por ciento de la población tiene sólo un riñón—, son muchos los latinoamericanos que ofrecen sus órganos en Internet. “Lo que existe es una venta de riñones más o menos encubierta por parte de gente sin recursos a otra que dispone de dinero o de poder”, reconoció a Tiempos del Mundo el presidente del Consejo Iberoamericano de Donación y Trasplantes (CIDT), Rafael Matesanz.

La OMS bautizó esta industria como “turismo por trasplantes”, por la facilidad con la que se consiguen paquetes por 12.000 y hasta 20.000 dólares para viajar a algún país a realizarse la intervención. Sólo en el año 2005, unos 6.000 trasplantes involucraron el desplazamiento del paciente o del donante para evitar problemas legales.

No obstante que los ofrecimientos a través de Internet son evidentes, autoridades de diversas naciones del continente sostienen que las cifras son mínimas en comparación con las de países como Pakistán o Filipinas.

En Argentina, el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) afirmó en un comunicado que el trasiego o posible robo de órganos en el país no es relevante, ya que hay toda una legislación para los trasplantes de órganos y el procedimiento es fiscalizado por autoridades.

En Costa Rica, si bien la compra de órganos para trasplantar es ilegal, tampoco se puede descartar que suceda, según reconoció William Vargas, de la Fundación Costarricense Renal.
“Este es un tema que merece mucha atención porque no abarca solo la posibilidad de la compra y venta de órganos”, explica. “Hablamos de la escasez de órganos, de la infraestructura hospitalaria de trasplantes y de la nueva era de los medicamentos genéricos y su afectación a los ya trasplantados”.

Tras 11 años de haber recibido un riñón de una sobrina, Vargas no puede dejar de pensar en el cambio de su vida. “Es una bendición para los que lo hemos recibido y un reto para llevar el mismo destino a todos los necesitados”.

Para quienes esperan por ese trasplante, el tiempo va en su contra.

Bueno, sano y barato

A Manuel Jesús González lo conocen como "Riñón" porque un buen día decidió vender uno de sus riñones.

González reconoció que le pagaron 5.000 dólares.La apremiante situación económica por la que atravesaba y la discapacidad en una pierna debido a un accidente fueron vitales para tomar la decisión, de la cual no se arrepiente.

Antonio, un amigo suyo, también vendió uno de sus riñones hace más o menos un año. Asegura haber recibido unos 20.000 dólares de un maestro jubilado, pero prefiere no entrar en detalles, aunque advierte que si la situación económica continúa difícil en ese poblado salvadoreño, “es probable que se convierta en un estilo de vida”.

Lo que no advierten los "vendedores" es que en poco tiempo su propio estilo de vida estará deteriorado y, es muy probable, que el dinero que les pagaron ya no exista. Las deudas, en cambio persistirán y, en algunos casos, aumentadas.

Escribe: Guillermo Reyna Allan (Extraído de Infodía.com.ar)