domingo, 29 de noviembre de 2009

¡ Qué sonrisas…!!


No importan las penas..
¡Vivan las alegrías..!!
Cuantos nubarrones forjaron tu vida.

Dejar atrás las tormentas y
abrir paso al sosiego.
Con música, con cantos, con danzas.
¡Qué sonrisas..!!

Vas esquivando tropiezos, sumando flores al camino.
Tus llantos, tan solitarios,
como si no hubieran existido.
Solo tú sabes del miedo,
solo tú, de la mano extendida en el vacío.

Aciertos, desaciertos.
Privaciones y lamentos.
Pero allá… una lucecita.
Es tu alma, tu inocencia.
¡Qué sonrisas..!!

Y sigues riendo. Sigues viviendo.
¿Cómo haces? ¿Cómo puedes?
Es fácil, dicen tus ojos, los que buscan compañía.
La energía que desgastan, yo la tomo como mía.

¡Valga Dios, que ironía..!!
Es tan simple… es tu vida.
Danzas, música, besos,
¡que sonrisas..!!




A mi hija María Eugenia.
Posadas, Noviembre de 2009 - Guillermo ReynaAllan

jueves, 19 de noviembre de 2009

El secreto es perdonar (Por el Padre Leo)

Para que un rencor o cualquier otro problema se transforme en resentimiento dentro de nuestro corazón precisamos alimentarlo con murmurio. Todos nosotros nos decepcionamos cuando algo inesperado nos sucede, eso es normal. El problema está en quedarnos reviviendo después, rumiándolo dentro del corazón. El primer gran secreto para la cura de nuestros resentimientos es entrenar el corazón para que perdone siempre, sin interesar que nos hayan ofendido conciente o inconcientemente. Sin importar se proviene de amigo o enemigo. El secreto está en perdonar. Perdonar siempre. Para perdonar totalmente es importante declarar el perdón.

Sed más bien buenos entre vosotros, entrañables, perdonándoos mutuamente como os perdonó Dios en Cristo (Ef 4,32).

Soportándoos unos a otros y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros. Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección (Cl 3, 13-14).

Para perdonar a los demás debemos recordar siempre cómo Dios nos perdonó en Cristo. Debo perdonar a quien me ofendió, no porque yo sea bueno o la persona lo sea, ni porque la merezca. Si tentamos saber si persona tiene culpa o no nos caeremos al murmurio, porque nuestro corazón, en aquel momento, está herido y, de esa forma, nadie piensa correctamente. Por lo tanto, para evitar cualquier posibilidad de alimentar el rencor, el secreto es perdonar inmediatamente. Perdonar como el Señor nos perdona. Para eso hace falta revestirnos de la caridad.

Caridad no es dar algo a alguien, eso es filantropía. Caridad es darse por entero a alguien que no merece. Fue eso lo que Jesús hizo por mí y por ti y por toda la humanidad. Jesús se ofreció enteramente a todos, inclusive, a aquellos que estaban siendo usados para crucificarlo. “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen’ (Lc 23, 34).

Sólo por el perdón vivido explícitamente nos tornamos, de hecho, hijos e hijas de Dios. Mientras no perdonamos, estamos viviendo como si fuéramos adoptados por el maligno. Que por señal, muchas veces nos comportamos así.

Hace falta perdonar siempre y perdonar especialmente a los que no merecen nuestro perdón. Es el secreto que nos hace actuar como hijos e hijas de Dios


Del libro: “A cura do resentimento”

Fuente: Cancionnueva- ALMAS

sábado, 7 de noviembre de 2009

Hace 39 años Monzón obtenía su primer título mundial

Un 7 de noviembre de 1970 en la ciudad de Roma, obtenía el título mundial de la categoría Mediano tras vencer por knockout en el 12º round a Nino Benvenuti.

Luego de ese combate, el nuevo campeón de peso Mediano declaraba: “Cuando le clavé la mirada estaba pensando: ’Esta noche te voy a matar’ ".

Carlos Monzón fue el boxeador argentino más conocido, aunque no haya sido el más dotado técnicamente, y el que desató más entusiasmo en el público, que sentía por él una admiración incondicional.

Nació el 7 de agosto de 1942, en San Javier, provincia de Santa Fe. Creció en un hogar humilde siendo el quinto de trece hijos y a los 9 años comenzó a practicar boxeo. Como aficionado realizó 87 peleas. Ganó 78, perdió 8 y empató 6. Fue boxeador de peso medio, en 1963 comenzó su primer año como profesional y en 1970 obtuvo el título mundial de los Medianos al vencer a Nino Benvenuti, y conservó su título hasta su retirada en 1977, tras defenderlo con éxito en 14 ocasiones.


Su reinado fue el más largo de la categoría, con una duración de 6 años y 10 meses. Defendió su título y logró unificarlo, obteniendo el de la Asociación Mundial de Boxeo y el del Consejo Mundial de Boxeo, que en ese momento estaba en manos de Valdez.Carlos Monzón es considerado uno de los más grandes deportistas de Argentina, alcanzando la fama que sólo han ostentado personajes como Diego Armando Maradona, Guillermo Vilas o Juan Manuel Fangio.

A su retiro tenía el récord de 102 peleas como profesional, de las cuales sólo empató 10 y perdió 3.Tras su retiro, fue acusado en 1988 del asesinato de su esposa Alicia Muñiz y por el cual fue condenado a once años de cárcel.Cuando se encontraba en la etapa final de su condena, comenzó a gozar de salidas restringidas para trabajar. En una de ellas murió en un accidente automovilístico el 8 de enero de 1995, en la localidad de Los Cerrillos, en la provincia de Santa Fe. Cabe recordar que Monzón también incursionó en el cine. En 1974 filmó con Susana Giménez la película “La Mary”, de donde nació un romance con la actriz que lo llevó a divorciarse de su primera esposa.