sábado, 26 de diciembre de 2009

GOTAS DE NAVIDAD



Por
Emma-Margarita R. A.-Valdés



Ave, fiel María,
mística azucena,
célica pureza,
de gracia bendita.
A Dios dices fiat
y por tu largueza
gestas a "El Mesías".
Con San José ha florecido
el lirio de la pureza,
es el varón elegido
para cuidar la Belleza.

El aura de santidad
resplandece en su cabeza,
su obediencia y su bondad
son la luz de su grandeza.
Cantan los ruiseñores,
florece el lirio,
un varón santo y fuerte
cuidará al Niño.
A San José
Dios le encarga que vele
la Paz y el Bien.

María es elegida
virgen y madre,
y San José, su esposo,
el casto padre.
Noble José,
disfrutará del gozo
nuevo en Belén.

Viaja el Amor
y salta de alegría
el precursor.
¡Feliz encuentro!.
María, el Salvador
está en tu centro
Un despertar de párpados confusos
asolan a José.
En su pecho aletean
palomas indecisas sin destino.
Noticias de la luz
pueblan de resplandores sus contrarios
con claridad de nido.
A José dice el ángel
que está en María
el salvador del mundo,
el Rey Mesías.
Y sus grandes temores,
ciegas espinas,
se alejan de su mente
¡Cuánta alegría!.
En Belén de Judá
nace el Mesías,
en nueva humanidad
siembra alegrías.
Entre pañales
late la libertad
de los mortales.
Un ángel da la Nueva
a los pastores,
que nació el Rey de reyes,
digno de honores.
¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios
en las alturas!
¡Paz a los hombre buenos!
¡Paz y venturas!
De los pastores
hizo Dios los primeros
adoradores.


Suavidad y ternura,
florecida dulzura
de amor de madre al hijo.
Virginal hermosura
que al Niño da cobijo.
Camino de Belén
van los pastores,
las ovejas retozan
por los alcores.
Una estrella señala
con sus fulgores
que ha nacido el Mesías
Amor de amores.


El Niño Jesús dormía,
los ángeles le cantaban,
los pastores le adoraban
y la Virgen sonreía.

Está el Niño Jesús
en el pesebre,
vienen a visitarle
siervos y reyes.
La estrella brilla,
nos señala el camino
de la alegría.
La Buena Nueva
por el mundo se extiende
¡el Amor llega!.
¡Vamos, vamos ,vamos!
vamos al Portal,
que el Niño Jesús
nos quiere abrazar.
¡Vamos, vamos ,vamos!,
vamos a Belén,
que el Niño Jesús
nos trae Paz y Bien.

Cantemos, cantemos
al Niño Manuel,
que viene del cielo
con fuego y laurel.
Cantemos, cantemos
al Niño Manuel,
que trae el lucero
del amanecer.


El Niño nos bendice
con su manita
y sus ojos sonríen
cuando nos mira.
Le ofrecemos juguetes,
sábanas limpias,
y lo que el Niño quiere
son más caricias.
Viene en misión de amor
desde otra orilla
para dar el perdón,
cerrar la herida.


En esta noche de Reyes,
todo mi oro incienso y mirra,
si el buen Niño-Dios lo quiere,
sea suyo con mi vida.

Circuncisión.
Bautismo de agonía,
presentimiento
de azotes y de clavos,
de espinas y lanzada.
Esta sangre infantil
es inicial ofrenda,
néctar de amor cautivo
en el ara del mundo.


Hacia el templo, María,
vas con el Hijo.
Allí está Simeón,
siervo bendito.
Te anuncia un gran martirio.
Será el dolor
causa de la alegría
y del perdón.

Nos dijeron los cielos
que tú naciste
para salvar al mundo
mortal y triste.
Con tu venida
redimiste a los hombres
de su caída.
Cantamos aleluya
los rescatados,
de la condena eterna
fuimos salvados.
Con tu venida
nos diste libertad,
¡Rey de la Vida!.

Una estrella luminosa
guía al hombre penitente
hacia un niño sonriente
y una doncella preciosa.
En actitud amorosa,
sus bracitos extendidos,
somos todos acogidos
por la gloriosa bondad
del niño, que en santidad
nos salvará, redimidos.

Es la doncella María,
madre-virgen cariñosa,
medianera, generosa,
que al Señor ha dicho fiat.
¡Qué extraordinaria alegría!,
en su regazo Emmanuel
late, por ser ella fiel
al Dios de Amor y Verdad,
por su entrega y caridad
es la puerta del vergel.

No hay comentarios.: