martes, 8 de mayo de 2012

Gilles Villeneuve, una leyenda inmortal

El de Gilles Villeneuve es el más claro qué ejemplo que no siempre los resultados mandan. Según cuentan las crónicas de diferentes épocas, solo dos pilotos tuvieron acceso al despacho personal de Enzo Ferrari. Uno de ellos fue Froilán González, el argentino que le dio a la casa de Maranello su primer triunfo en F1. Varios años después, otro de los mimados de “Il Comendatore” fue el canadiense.

En términos de eficacia, su paso por la Formula 1 lo hubiera colocado en una lista extensa de piloto que ganaron unas pocas carreras. Lo que hizo explotar su popularidad fue su estilo único de manejo sumamente veloz y espectacular; siempre al límite.

Llegó a la máxima categoría con 27 años y de inmediato causó sensación, al punto que sedujo al propio Ferrari que lo sumó a su equipo. Algo había de especial en él, de lo contrario, Enzo Ferrari, para quien sus autos eran sus hijos, no hubiera admitido a un piloto así, que de vez en cuando volvía caminando al box.
El 8 de mayo de 1982, cuando apenas iban 8 minutos de la clasificación para el GP de Bélgica, Villeneuve se encontró con el alemán Johen Mass transitando a baja velocidad. El canadiense eligió superarlo por la derecha y al mismo tiempo, Mass eligió la misma trayectoria para dejarle paso.

Fue entonces cuando sobrevino el choque y la Ferrari se voló de la pista a una velocidad estimada de 229 kilómetros por hora. La consecuencias fueron fatales para Villeneuve, que a los 32 años perdió la vida instantáneamente al salir despedido del auto, en uno de los accidentes más crudos que se recuerden en la F1. 

Fuente: minutouno.com.ar

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