Hoy, Dios, pusiste ante mí, la belleza de la vida.
Un arco iris cortado. Un loco desorientado.
Un arco iris cortado. Un loco desorientado.
Pusiste ante mí, la sonrisa de un niño triste.
Las lágrimas de un amor desesperado.
La ironía de un conductor desorbitado.
El insulto de un político desprestigiado.
Las lágrimas de un amor desesperado.
La ironía de un conductor desorbitado.
El insulto de un político desprestigiado.
Hoy, Dios, pusiste ante mí, el verso de un poeta que se muere.
La ceniza de un cigarrillo descuidado.
El aliento de la adolescente que recién besa.
El humor del viejo anciano desprejuiciado.
La ceniza de un cigarrillo descuidado.
El aliento de la adolescente que recién besa.
El humor del viejo anciano desprejuiciado.
Pusiste ante mí, la inquietud del científico preocupado.
La música de las flores bien regadas.
Y una vez más, Dios, recibí el regalo,
de una vida risueña y apenada.
Digna de vivirla y gozarla.
Con penas y alegrías. Con llanto y carcajadas.
La música de las flores bien regadas.
Y una vez más, Dios, recibí el regalo,
de una vida risueña y apenada.
Digna de vivirla y gozarla.
Con penas y alegrías. Con llanto y carcajadas.
Hoy, Dios, pusiste ante mí, una vez más, el compromiso del amigo,
la ilusión de la vida,
la paciencia de aguardar la muerte con templanza.
GUILLERMO REYNA ALLAN
Río Cuarto - Marzo, 1997
la ilusión de la vida,
la paciencia de aguardar la muerte con templanza.
GUILLERMO REYNA ALLAN
Río Cuarto - Marzo, 1997
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