viernes, 12 de septiembre de 2008

Nido jaula


Quise tomar tu encanto. Busqué las llaves de tus ansias.
Abrí puertas y encontré locuras.
Te atrapé por instantes. Fui feliz, con egoísmo y temor.
Ahora espero que vueles.
Que llegues nuevamente a tu cielo. A tu paisaje.
Ya sabes de la tibieza de mi nido, aquel que quise fuera jaula.
Recorre tu universo. Ríe y llora.
Cuando necesites de un remanso, vuelve.
Las ramitas tiernas seguirán esperando.
El remolino de mi sentimiento no habrá variado.
Estaré aquí, como hoy, como siempre.
Y en la turbulencia de mi entorno
volverás a encontrar la paz que hayas perdido.
Siente. Ama. Goza y sufre.
Yo ya he sentido. He amado. He gozado y estoy sufriendo.
No permitas que te dañen.
Enciérrate donde quieras. Sé libre y siéntete amada.
En esas pequeñas cosas está la vida.
Dale luz verde a tus instintos.
Pero no dudes. No claudiques.
Cuando la tristeza te gane. Llega a mi y reiremos juntos.
Entibiaremos nuestros cuerpos.
Y cuando quieras irte, lo harás segura.
Mi nido jaula seguirá abierto.
Para que te vayas.
Para que vuelvas.


Guillermo Reyna Allan - Junio de 1997

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