¿ Donde estás, querido Viejo ?
En mañanas diáfanas, tardes turbias, y noches tristes,
busqué tu amparo. Tu sonrisa tranquilizadora,
tus palabras sabias.Y, a veces, no te encontré.
Quizás te busqué donde no debía.
Y me olvidé de Vos. Me olvidé de Dios.
Equivoqué el rumbo. Y me golpeé.
Intenté desviarme. Y no pude.Me esforcé en cambiar. Y fue imposible.
Y, entonces, como ahora, como siempre,
le pregunté al viento, ¿ dónde estás ?
Y la respuesta ululaba entre las hojas de mi mente:
“estoy con vos, en cada uno de tus actos,equivocados o no. Siempre estoy con vos.’’
Y, cuando miré dentro de mí, te encontré, querido Viejo.
En mañanas diáfanas, tardes turbias, y noches tristes,
busqué tu amparo. Tu sonrisa tranquilizadora,
tus palabras sabias.Y, a veces, no te encontré.
Quizás te busqué donde no debía.
Y me olvidé de Vos. Me olvidé de Dios.
Equivoqué el rumbo. Y me golpeé.
Intenté desviarme. Y no pude.Me esforcé en cambiar. Y fue imposible.
Y, entonces, como ahora, como siempre,
le pregunté al viento, ¿ dónde estás ?
Y la respuesta ululaba entre las hojas de mi mente:
“estoy con vos, en cada uno de tus actos,equivocados o no. Siempre estoy con vos.’’
Y, cuando miré dentro de mí, te encontré, querido Viejo.
En mis hijos. En mi esposa. En mis sueños.
Te encontré, querido Viejo.Y al encontrarte me descubrí.
Y al descubrirme me reencontré con Dios.
GUILLERMO REYNA ALLAN
Posadas - Octubre, 1990
GUILLERMO REYNA ALLAN
Posadas - Octubre, 1990
Para mi Padre, Ricardo Reyna Lascano
1 comentario:
Realmente, querido hermano, cada vez que leo este poema me emociono
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