jueves, 30 de octubre de 2008

DISFRUTA TU CAFÉ


Un grupo de profesionales, todos triunfadores en sus respectivas carreras, se juntó para visitar a su antiguo profesor. Pronto la charla devino en quejas acerca del interminable 'stress' que les producía el trabajo y la vida en general.


El profesor les ofreció café, fue a la cocina y pronto regresó con una cafetera grande y una selección de tazas de lo más ecléctica: de porcelana, plástico, vidrio, cristal -unas sencillas y baratas, otras decoradas, unas caras, otras realmente exquisitas.. .


Tranquilamente les dijo que escogieran una taza y se sirvieran un poco del café recién preparado. Cuando lo hubieron hecho, el viejo maestro se aclaró la garganta y con mucha calma y paciencia se dirigió al grupo: 'Se habrán dado cuenta de que todas las tazas que lucían bonitas se terminaron primero y quedaron pocas de las más sencillas y baratas; lo que es natural, ya que cada quien prefiere lo mejor para sí mismo. Ésa es realmente la causa de muchos de sus problemas relativos al 'stress.'


Continuó: 'Les aseguro que la taza no le añadió calidad al café. En verdad la taza solamente disfraza o reviste lo que bebemos. Lo que ustedes querían era el café, no la taza, pero instintivamente buscaron las mejores. Después se pusieron a mirar las tazas de los demás. Ahora piensen en esto: La vida es el café. Los trabajos, el dinero, la posición social, etc. son meras tazas, que le dan forma y soporte a la vida y el tipo de taza que tengamos no define ni cambia realmente la calidad de vida que llevemos.


A menudo, por concentrarnos sólo en la taza dejamos de disfrutar el café. ¡Disfruten su café! La gente más feliz no es la que tiene lo mejor de todo sino la que hace lo mejor con lo que tiene; así pues, recuérdenlo:

* Vivan de manera sencilla.

* Tengan paz.

* Amen y actúen generosamente.

* Sean solidarios y solícitos

* Hablen con amabilidad.


El resto déjenselo a Dios. y recuerden que: la persona más rica no es la que tiene más sino la que necesita menos .....


Anónimo

Escribe: Guillermo Reyna Allan

sábado, 25 de octubre de 2008

GOLPES DE AUSENCIA



Miro a la distancia sin ver.
Busco en derredor algo que inspire mi alma.
Siento lágrimas.
Golpes de ausencia.

Respuestas desencontradas, y yo sin saber.
Mi mar es tan transparente, como insondable tu pensamiento.
Y duele
¡ Ay niña, como duele !

Te siento. Y de pronto, otra vez, golpes de ausencia.
Un repiqueteo de locuras.
Una esperanza.
Y la daga de tu olvido, dejándome.

Reencuentro y amor.
Cabello mojado y llanto.
Borbotones de miel. Sufrimiento aceptado.
Golpes de ausencia.


Guillermo Reyna Allan

sábado, 18 de octubre de 2008

El cirujano clandestino

Desde hace un tiempo, no muy largo, circula por internet la historia del denominado "cirujano clandestino".

Se refiere a Hamilton Naki el cirujano que retiró el corazón del donante para que se realizara el primer trasplante de corazón en un ser humano.

Situémonos, noche del 3 de diciembre de 1.967, hospital Groote Schuur, Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Esa fecha memorable en la que el cirujano Dr. Christian Barnard, realizó con resultado satisfactorio del primer trasplante de corazón.
El mundo cambió para infinidad de personas que, con los días contados, pudieron disponer de un nuevo corazón. El reconocimiento universal hacia el Dr. Barnard no se hizo esperar.

La noticia se sintetizaba.. "Aquel señor, había salvado la vida a otro señor que se iba a morir porque su corazón no quería funcionar más". Las entrevistas a Barnard tenían la misma repercusión que las que tuvieron como protagonistas a los astronautas que, dos años más tarde, llegarían a la luna.

Es bien conocida por todos la frase "la historia nos pondrá a todos en su sitio", y eso es lo que ocurrió hace unos años.

La fotografía, que dió la vuelta al mundo, del equipo de médicos que realizó el trasplante, estaba incompleta, faltaba un personaje. Este personaje se llamaba Hamilton Naki. Este señor, que no era médico, debería haber estado en la foto y ser reconocido mundialmente, pero era negro y eso en la Sudáfrica del aparheid era pecado.
Naki, nació en un pueblecito de sudáfrica en el que vivió y realizó sus estudios primarios. A los 14 años se marchó a Ciudad del Cabo, haciendo autostop, para buscar trabajo. Tras unos cuantos años de penuria, consiguió trabajar como jardinero en la Universidad de Ciudad del Cabo. Al poco tiempo, consiguió un puesto en los laboratorios de la Facultad de Medicina, como cuidador de los animales.

Siendo un hombre con inquietudes, consiguió poco a poco ganarse la confianza de sus jefes y participar en las pruebas quirúrgicas con los animales... primero como ayudante, después como anestesista...hasta que terminó siendo él el que operaba a los animales.

El Dr. Barnard, lo fichó en su equipo de investigadores, a pesar de ser negro (Todo un detalle). El Sr. Naki, siguió aprendiendo hasta que le llegó el momento. En la operación de ese 3 de diciembre de 1.967, él fue quien realizo la extracción del corazón sano, del cuerpo de la mujer atropellada, y cuidó del órgano hasta que el Dr. Barnard lo implantó en el paciente.

Tras la desaparición del aparheid, llovieron los reconocimientos a Naki. El propio Barnard reconoció , en una entrevista, que Naki era mejor que él técnicamente. El propio Naki, defendió la injusticia cometida hacia él..."Si hubieran publicado mi fotografía los habrían llevado a la cárcel. Así eran las cosas en aquel entonces" (El País, España, el 26 de abril de 2.003).


Naki, siguió en el equipo del Dr. Barnard hasta que se jubiló, con la pensión mínima que le correspondía a un jardinero. Falleció a los 78 años el 29 de mayo de 2.005.
Escribe: Guillermo Reyna Allan

lunes, 13 de octubre de 2008

RINCONES DE COLORES



Rincones azules.
Besos agazapados. Pasiones prisioneras.
Tus ojos entienden. Tu mirada también.
Tus labios desean el beso perdido.
Mas no los dejas, no los dejas.
Se abre tu boca para decir amor.
Y el silencio gana. Una vez más.
Yo tengo las llaves. Permíteme entrar.
Déjame guardar en el cofre de tu cuerpo toda mi ternura,
toda mi locura, todo mi sentir.
Los rincones ahora son rojos.
No puedo entender.
Tu mirada se escapa. El cielo la atrapa.
Me muero de celos. Nube no soy.
Tú tienes las llaves, y no me dejas llegar.
El dolor se agiganta. El llanto está aquí.
Rincones negros.
El vacío. Las sombras. El adiós.



Guillermo Reyna Allan - Río Cuarto - Abril, 1997

martes, 7 de octubre de 2008

Imaginé


Imaginé que era sordo, pero te oía.

Te oía a través del murmullo del agua.

En el canto de los pájaros.

En la risa del bebé.

Te oía en el llanto de una madre sola.


Imaginé que era ciego, pero te veía.

Te veía en el manto blanco de la montaña.

En el verde de la selva lujuriosa.

En las profundidades del mar vírgen.

Te veía, en los mil colores de la mariposa.


Imaginé que era mudo, y te decía.

Te decía de mi amor silencioso.

De mis deseos controlados.

De la ternura guardada.

Te decía, de mis gritos ahogados.


Imaginé que no sentía, y te tocaba.

Y mis dedos recorrían tu universo.

Temblaba al contacto de tus labios mojados.

Y tocaba con mis yemas, tu cabello enmarañado.

Y palpaba en lugares recónditos. De secretos confiados.


Imaginé que no olía, y percibía aromas delicados.

El olor de mil jazmines olvidados.

De leche tibia, perfumada.

De hembra ardiente, enamorada.


Imaginé que eras mía, y te tenía.

Tenía tu cuerpo junto al mío.

Los dos sedientos, gimiendo.

Y ya, nada ni nadie, será capaz de arrebatarme

el burbujeo de mi imaginación.



Guillermo Reyna Allan
Río Cuarto,Mayo de 1997

miércoles, 1 de octubre de 2008

¿Que hago?, mi hijo se droga


Cuando una mamá o un papá se hace esta pregunta, comienza un circuito de dudas, temores y angustias, que pocas veces encuentra respuestas.


Sucede que para empezar a buscar soluciones, es necesario liberarse de un sinnúmero de prejuicios y falsos significados, que circulan en la sociedad, barrio, escuela a medios de comunicación. En consecuencia, lo primero es intentar aclarar estos mitos o pseudo-explicaciones que paralizan a los familiares de un joven que consume una o varias drogas. Ya sea alcohol, cocaína, marihuana, pegamento o pastillas, sean legales o ilegales, es necesario que la familia pueda hacer algo, y para esto, hay que estar bien informado y orientado.


Algunas de estas ideas confundidas o falsas concepciones son las siguientes:

“La droga siempre está asociada al delito”

No, la consume un joven de cualquier índole que tiene algún sufrimiento no expresado y tal vez nunca participe en un acto delictivo. En vez de acusarlo, habría que escucharlo.


“Las mujeres no se drogan”

No, el consumo puede darse en hombres y en mujeres, sólo que ellas no se animan a contarlo o disimulan más tomando pastillas compradas en la farmacia o sacadas del botiquín.


“El problema son los amigos”


No, si bien es cierto que la presión del grupo de pares es importante, también pueden consumir solos. No todos los consumidores están en bandas. Cuando un joven necesita de una sustancia para evitar una parte de la realidad que no tolera, el problema va por dentro y es más profundo que la ropa, el pelo, la música o los amigos que frecuente. Las causas son más complejas, la culpa no es de los amigos.


“Me prometió que no se iba a drogar más”

No, porque no es un problema de voluntad y buenas intenciones. Cuando alguien traspasa la barrera del control, la compulsión es más fuerte que la voluntad. Aún cuando pueda sostener la abstinencia de la droga, es necesaria revisar qué le pasa a ese joven, con su vida, sus proyectos, sus relaciones, sus afectos y su tiempo libre.


“No puede ser, le dimos todo”

Como leemos en un estudio de Campo de Psicología, aunque duela reconocer la verdad e instale cierta cuota de culpa en los padres, la causa del abuso de drogas no se termina en la familia. Puede haber una familia muy normal, dedicada a la crianza de sus hijos con mucho amor y que de todos modos, alguno de sus integrantes necesite de los efectos de una sustancia para aliviar algo difícil y personal.


Una vez que los padres puedan encontrarse con el verdadero problema y desligarse de la vergüenza que les produce pensar la adicción como “el mal de los males”, podrán encontrarse con su verdadero hijo y pensar juntos qué hacer. Por último hace falta desmitificar que la única alternativa de tratamiento sea la internación. Los abordajes ambulatorios permiten la realización de un tratamiento sin que ello signifique la pérdida de las actividades valoradas (trabajo, estudios, familia).

Escribe: Guillermo Reyna Allan