jueves, 24 de mayo de 2007

La radiestesia (Parte 1)


La palabra radiestesia proviene de la palabra latina radius que significa radiación y por el vocablo griego aisthesis, sensibilidad. En esta ciencia de captación de energías, podemos distinguir tres tipos prácticas de la misma.


Una sería la radiestesia o rabdomancia que definiríamos como la práctica de esta ciencia por la que se detecta a distancia y a través de un instrumento, radiaciones que son emitidas por cualquier cuerpo o forma de energía como podrían ser minerales ocultos o corrientes de aguas subterráneas.; otra sería la radiónica, que es la técnica que maneja la acción a distancia y otra la radiónica médica que sería la parte de la radiónica que se practica en la curación a distancia y que se conoce también como telecuración.


A pesar de que esta ciencia es muy antigua, se adjudica la invención de su nombre a los abates franceses Bayarden y Bouly en el año 1.890.

Tan antigua es, que ya era utilizada desde las antiguas tradiciones de la legendaria China. Los babilonios, los egipcios y también los israelitas hacían uso de las varillas adivinatorias. La propia Biblia nos habla de que Moisés con una vara golpeaba las rocas y hacía brotar el agua. También los celtas conocían este arte.

Ya en la Edad Media fueron utilizadas las varillas por los llamados zahoríes o como ahora se les conoce también con el nombre de radiestesistas, para buscar tesoros, minerales y aguas subterráneas.

En todas las épocas y civilizaciones hubo personas que tenían poderes para detectar puntos estratégicos con buenas vibraciones en donde se deberían levantar monumentos o edificaciones. Las pirámides de Egipto fue un ejemplo de ello; también lo hicieron los mayas y los chinos; los monumentos megalíticos de los celtas, dólmenes y menhires. Todos ellos conocían conocían las energías sutiles que emanaba de la tierra. Los cristianos aprovecharon en la edad media los lugares marcados en otra época por los celtas para construir sus iglesias y catedrales.

Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, se publicaron diversos libros sobre el arte adivinatorio con varillas y sus aplicaciones en la búsqueda de minerales y corrientes de aguas subterráneas. El nombre zahorí es consecuencia de una castellanización del nombre árabe zuhari, que se daba a los adivinadores de objetos ocultos en la tierra o geománticos.

La Inquisición condenó esta práctica en la Europa Medieval, asimilándola a la brujería y parece que muchos zahoríes fueron quemados en la hoguera acusados de brujos.

La radiestesia se considera físicamente como la reacción de algunas personas a los campos electromagnéticos. No obstante, en realidad no se sabe hasta el momento porqué funciona, pero funciona. El fenómeno de la radiestesia dentro de las paraciencias, es uno de los pocos capítulos que si bien aún no se han podido medir los resultados obtenidos mediante aparatos científicos o pruebas de laboratorio, si se han visto resultados positivos en la casi mayoría de las prácticas de esta ciencia que han demostrado que son reales y comprobables a nivel práctico.

Como consecuencia de los estudios realizados por Albert Einstein, se establece que la energía es de naturaleza vibratoria y que la materia, que es una forma particular de energía, también emite radiaciones.

En los últimos años del siglo XVIII, en la Universidad de Saltzburgo y por primera vez en Europa, se realizaron prácticas de radiestesia con enfermos, todo ello bajo la supervisión del Rector y a raíz de ello se instituyó el péndulo como instrumento oficial en el diagnóstico médico.
Ya durante el siglo XX, se comienzan a tomar en serio las prácticas del zahorí a los que se acude con frecuencia, muy especialmente para la localización de aguas subterráneas y se crean las primeras asociaciones de radiestesistas.

Alexis Mermet (1.866 - 1.937) Presidente Honorario de la Association des amis de la radiesthésie, conocido como Príncipe de los radiestesistas, descubrió la teleradiestesia y fue conocido en todo el mundo por sus estudios sobre esta ciencia, llegando a utilizar esta técnica en la que se denominó medicina radiestésica o diagnóstico pendular.

De la misma forma que se podían localizar corrientes de aguas subterráneas con el péndulo, Mermet afirmaba que se podían localizar en las personas los órganos enfermos.
El argumento que Mermet utilizó fue que todas las sustancias, incluido el cuerpo humano, emitían radiaciones positivas y negativas que podían detectarse e incluso identificarse.
También ha sido muy utilizada la radiestesia en la arqueología o bien para buscar a personas, animales u objetos perdidos y para ello se ha usado el péndulo poniéndolo sobre un mapa o un plano para que este señale el lugar en que se encuentra el objeto buscado.

Durante la primera guerra mundial se utilizaron los métodos de la radiestesia para detectar minas y obuses sin estallar, que estaban aún ocultos bajo tierra.
Tanto Tesla como Marconi creadores de las radiocomunicaciones y la electrónica, practicaban la radiestesia.


Escribe: Guillermo Reyna Allan

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